…hasta que deja de revolotear. Lilvia Soto

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…hasta que deja de revolotear

 

 

Por Lilvia Soto

 

 

Yo-Ello, en contraste, es la típica relación sujeto-objeto en la que

uno conoce y usa a otras personas y cosas sin permitirles que

existan por ellas mismas en su singularidad . . .

‒Martin Buber, Yo y Tú

 

 

Estados Unidos le ha dicho al mundo

que son malos,

los peores de los peores.                                                               

Les ha dicho a ellos

que estarán en Guantánamo

para siempre,

sin ningún derecho,

ni siquiera el de morir.

 

Cuando se deprimen,

se burla de ellos.

Cuando intentan suicidarse,

lo toma como una afrenta personal.

 

Cuando se ponen en huelga de hambre,

los sienta en una silla de metal,

les amarra

los tobillos, la cintura, las muñecas,

los hombros, la cabeza.

Les mete

por las fosas nasales

un tubo de plástico flexible

que baja por la garganta

hasta el estómago.

 

El doctor William Winkenwerder, Jr., 

encargado de los asuntos de salud

y arquitecto

de la política de la alimentación por la fuerza,

dice

 

Nuestras intenciones son buenas.

Buscamos preservar la vida.

 

Preservar la vida sumisa

tras el alambrado de púas,

la vida encadenada

a una silla de alimentación por la fuerza.

 

Preservar la vida

como cuando un hombre golpea a su mujer

y luego la lleva a la sala de emergencias,

ella no tiene el derecho de morir,

es suya y él la necesita.

 

Preservar la vida

porque el carcelero necesita

el pedazo de carne abyecta que golpea

todos los días

para sentir su propio ser.

 

Preservar la vida

como en el arte de preservar una mariposa,

atrapando el ejemplar

en una red,

inmovilizándolo

con un suave pellizco en el tórax,

colocándolo

en la botella del exterminio

hasta que deja de revolotear,

transportándolo

en una caja relajante

(la mariposa debe estar relajada

para que sea fácil manipularla)

al lugar donde se va a fijar,

clavándole

la cabeza y el tórax en un tablero,

extendiéndole

las alas, las piernas, la antena,

pegando

sus alas al tablero,

secándola,

etiquetándola,

guardándola,

sentándose

en una cómoda silla

a disfrutar

el ser dueño de

una mariposa preservada.

 

De mi nuevo libro, Lies of an Indispensable Nation: Poems About the American Invasions of Iraq and Afghanistan

 

 

 

 

Lilvia Soto nació en Nuevo Casas Grandes, emigró a Estados Unidos a los 15 años, reside en Philadelphia, Pennsylvania. Tiene un doctorado en lengua y literatura hispánica de Stonybrook University en Long Island, Nueva York. Ha enseñado literatura y creación literaria en Harvard y en otras universidades norteamericanas. Fue cofundadora y directora de La Casa Latina: The University of Pennsylvania Center for Hispanic Excellence. Fue directora residente de un programa de estudios en el extranjero de las universidades Cornell, Michigan y Pennsylvania en Sevilla, España.

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