Bosé… un año después. Aracely Sánchez Ruiz

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Collage de Aracely Sánchez Ruiz, incluye algunas fotos de la revista Página 8

Yo opino/ la columna de Aracely

 

Bosé… un año después

 

 

Por Aracely Sánchez Ruiz

 

 

Si eres uno de mis cuatro o cinco lectores (espero que sean más) que me siguen en Estilo Mápula, seguramente recordarás mi columna de hace cinco semanas, donde escribí sobre mis peripecias en Ciudad Juárez a finales de agosto de 2016, cuando fui con mi compañero fotógrafo Alberto Hierro (¡Oye, Beto!) a cubrir el concierto de Miguel Bosé, y que derivó en una estancia de casi una semana por la inesperada muerte de Juan Gabriel.

Pues bien, hoy te voy a contar del show que ofreció el cantautor español el 30 de septiembre de 2017 en el Estadio Manuel L. Almanza, en reposición de aquel cancelado por lluvia.

Comienzo con la entrevista telefónica que le hice cuatro días antes, donde dijo estar encantado de volver a Chihuahua e invitó a sus fans a pasársela muy bien en aquel concierto en el que repasaría “40 años de historia de la música que hemos hecho todos juntos”.

En otros temas, dijo que algunas de las causas que mueven su corazón son los océanos, la paz, la lucha contra el sida y el cambio climático. Pero también mostró su solidaridad con los mexicanos afectados por los sismos ocurridos el 7 y 19 de ese mes.

En ese sentido, comentó que con un grupo de gente había iniciado una nueva causa llamada Love Army México, para ayudar a la reconstrucción.

“Ya les di mi mensaje (a los mexicanos) en redes en su momento, expresarles mi pesar y mi dolor, ofrecerles mi solidaridad, mi fuerza, y justamente a través de esta iniciativa pretendemos recabar fondos que lleguen directamente, sin intermediarios, a los que quieren volver a levantar sus negocios, sus viviendas, sobre todo esos ciudadanos que están ayudando a salvar vidas y a hacer posible que esto se acabe pronto, que se pueda reconstruir el país”.

Por otro lado, señaló que cada paso en sus más de cuatro décadas de trayectoria era un reto, “todos lo son, todos son retos y las satisfacciones, todas, extraordinarias y fantásticas”.

En un ambiente invadido por el reggaetón, Bosé se manifestó a favor del género, aunque no se animaba a abordarlo.

“Me encanta la música urbana, es un reflejo muy directo de una necesidad de una parte de la sociedad, hay un tipo de expresión que viene a colmar un nicho que estaba vacío. Lo que pasa es que no es mi estilo, yo podría colaborar en un proyecto de otros, eso sí, pero hay que saber hacer ese género, yo no sabría. Yo tengo una idea de componer música que es completamente diferente, eso se sabe sobradamente”.

Aunque recientemente el cantante había afirmado que no le gustaría que sus hijos se dedicaran a la música, aceptó que si se diera el caso les echaría la mano, “qué iba a hacer, no estaría muy feliz con la idea, pero les apoyaría como me necesiten”.

De la tapatía Ximena Sariñana, quien lo acompañaría en su concierto, Miguel dijo considerarla “mi hermana querida del alma, una persona que amo, que adoro, con la cual he pasado grandes aventuras”.

Cuatro días después de la entrevista, Miguel Bosé brindó un magnifico concierto en el Estadio Manuel L. Almanza, después de una larga ausencia de casi treinta años.

El músico y compositor hizo su aparición quince minutos después de las nueve de la noche en un escenario lleno de luces, con pantallas gigantes y un gran sonido, a ritmo de Sereno y vestido totalmente de negro.

La luna creciente se asomaba entre las nubes, mientras el espectáculo iba igualmente “in crescendo”, con melodías como Duende, Nena y Aire soy, que interpretó junto a Ximena Sariñana.

Siguieron Amo y Mirarte, para luego conquistar al público dedicando Nada particular a “la gente que la está pasando mal” por los terremotos recientes.

“Vamos a recorrer estos cuarenta años desde el primer día hasta hoy mismo, con lo cual pueden suceder muchas cosas, se van a remover muchas cosas. Estemos atentos, agarrémonos fuerte la mano, no me dejes, por favor, no me dejes nunca, Chihuahua”, dijo antes de comenzar un recorrido por sus éxitos.

Con canciones como Amiga, Morir de amor, bailando con una de sus coristas a ritmo de tango, Creo en ti, Linda, Don Diablo y La chula, donde nuevamente apareció Ximena.

Tras dedicar Estaré a sus hijos, vinieron Como un lobo, Olvídame tú, Sevilla, Morena mía, Si tú no vuelves y Gulliver, con la que dijo adiós diez minutos antes de las once.

El grito de “otra, otra, otra” no se hizo esperar, ni él para regresar con Bambú, Amante bandido, Hacer por hacer y finalmente Te amaré, con la que se despidió de Chihuahua, luego de poco más de dos horas de concierto.

 

 

 

Aracely Sánchez Ruiz es licenciada en relaciones industriales egresada del Instituto Tecnológico de Chihuahua, trabajó 18 años en El Heraldo de Chihuahua, donde inició como correctora y los últimos doce años como reportera de la sección de espectáculos y cultura. Actualmente escribe notas y comentarios en Facebook.

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