La mirada desde el balcón: presentación del libro A la vera del camino Por Gustavo Macedo Pérez

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La mirada desde el balcón: presentación del libro A la vera del camino

 

 

Por Gustavo Macedo Pérez

 

 

Siempre es un gusto tener amigos. Un gusto que se presenten libros. Siempre es un gusto que un buen amigo presente un libro. Un gustazo acompañar a un buen amigo en la presentación de su libro, como el 21 de septiembre de este 2023, cuando acompañé a Leo Zavala en la presentación de su A la vera del camino en el museo Casa Chihuahua.

Me hice amigo de Leo Zavala en 2008, precisamente ahí, en Casa Chihuahua, cuando yo trabajaba en el museo y pude compartir algunos brindis con él. Descubrimos luego que además Leo había sido también amigo y compañero de mi madre en su paso por Pensiones Civiles del Estado, en la década de los ochenta, y siempre le agradezco mucho que durante estos años no ha dejado de compartirme fotos donde se la encuentra.

Siguiendo la historia de mi amistad con Leo, luego de aquellos brindis en el museo y acorde a la etiqueta de estos tiempos modernos, finalmente consolidamos nuestra amistad también en el entorno digital, cuando nos agregamos como amigos de Facebook. Quienes somos amigos suyos en Facebook hemos seguido la serie de fotografías del amanecer, el ocaso y el paisaje urbano que ha venido publicando en la plataforma, todas con el mismo título: Desde mi balcón. Decenas de fotos del mismo cielo tomadas desde el mismo lugar. Pero cada foto es distinta. En cada una se comparte algo único. Cada foto tiene su propia historia.

Esto revela no solamente la capacidad de observación de Leo Zavala, sino también su sensibilidad para encontrar, documentar y compartir estampas relevantes. Un observador de la vida que desde el balcón muestra que hay belleza y significado en los detalles aparentemente simples del día a día.

Un observador así, capaz de maravillarse con las vistas de un balcón, mira también la vida con ojos que pueden ver lo relevante, lo único de lo cotidiano. Y así, apostado a la vera del camino, Leo mira la vida pasar y encuentra, documenta y comparte.

Los relatos que se presentan en el libro son eso, las fotos que Leo toma, pero que en lugar de usar imágenes se capturan con palabras cuidadosamente seleccionadas con las que narra usando ese estilo elegante suyo, dando vida a cada situación que sucede a lo largo de las páginas. En las casi treinta historias que integran el volumen encontramos lecciones recopiladas por un observador sagaz, pero que el autor no entrega en forma de fábulas con moralejas, sino desde las que nos empuja a reflexionar sobre temas que nos atañen a todos: la familia, el trabajo, la política, la educación, el amor.

Para hacer el libro todavía más fascinante, en el texto hallamos un amplio concierto de voces narrativas. Están, desde luego, las más tradicionales: la voz omnisciente y la voz en primera persona, esta última la favorita del autor en este libro. Pero aparece por ahí también la narración en segunda persona, una voz técnicamente complicada pero que aquí Leo ejecuta con destreza.

Cada narrador que va apareciendo en las páginas desempeña un papel impecable, y me parece que la única ocasión en que el autor yerra con su voz narrativa es precisamente cuando se presenta a sí mismo de forma directa y no como personajes, en el único pasaje en que abiertamente es él quien nos habla de frente usando su nombre: en la introducción. Ahí, Leo apunta lo siguiente: “Se podrá advertir que una buena parte de los escenarios espacio temporales serán mejor comprendidos por contemporáneos del autor, pues el tipo de música, los personajes, las costumbres y el lenguaje se ubican en los años postreros del siglo anterior”.

Pero no es así. Las buenas historias no tienen límites temporales. Pueden pertenecer a cualquier época y nos hablan como seres humanos. Se dirigen a nosotros, no al calendario.

La primera morrita que nos rompió el corazón. La ausencia de nuestra madre. Cuando en el trabajo nos pidieron comprometer nuestra ética. El terror ante un desastre natural. Todas estas son experiencias a las que nos enfrentamos en algún momento de nuestras vidas, sin importar cuándo o dónde hayamos nacido.

Quizá antes nos declarábamos a la que nos gusta con una serenata y ahora lo hacemos con un tiktok. Quizá antes escribíamos cartas a mano y ahora las anotamos en las notas del celular. Las formas cambian, pero las emociones a las que se deben son fundamentalmente las mismas, humanas y bellamente reflejadas en este libro.

Salvado este asunto, no queda sino agradecer a Leo por haber escrito este libro, por haber compartido estas experiencias a través de las cuales los lectores nos encontramos con nuestras propias vivencias y emociones. Que A la vera del camino y su autor tengan muy buen camino por delante.

 

Zavala, Leo: A la vera del camino. Editorial Vía Áurea, México, 2023.

 

 

 

 

Gustavo Macedo Pérez es psicólogo. Trabaja en gestión cultural, hace el programa de radio Lo Que Suena, pasea en bicicleta y escribe. Tiene escrito el libro Introspecciones, de relatos, que fue publicado en un e book. Si se le ve con el teléfono aferrado, seguramente está publicando algo en el twitter @cronicadeguso.

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