Mambo. Andrés Espinosa Becerra

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los martes

Mambo

 

 

Por Andrés Espinosa Becerra

 

 

Esa mañana el vuelo de Mexicana partió del Distrito Federal. Era un vuelo largo hasta Cuba. Gastón inició su trabajo en los pasillos del avión, platicaba con una morena del sur de México cuando, de repente, lo descubrió.

En uno de los asientos se encontraba un moreno con una barba peculiar: era Dámaso Pérez Prado.

Inmediatamente se abalanzó a ese lugar. Lo saludo respetuosamente. Pérez Prado contestó amable. Gastón es una combinación de bailarín y melómano. En verdad se puso a entrevistarlo. Le preguntó de sus mambos. Sonriente, Pérez Prado le contestó: mira muchacho, te voa platicar, pero antes hazme un favor, tráeme un ron. De inmediato Gastón se fue a la cocina del avión y regresó con un ron doble, casi triple. Disponible estaba un asiento junto a Pérez Prado y ahí quedó Gastón. Dámaso le desglosó la historia del mambo y el sentido de los suyos. Gastón se encontraba absorto y pidió auxilio a una compañera para que lo sustituyera.

La sonrisa de Dámaso era plena; demandó otro ron que de inmediato Gastón se lo prodigó.

El vuelo continuó entre pláticas sobre música; Dámaso tarareaba los inicios de sus mambos. Era una entrevista única. Con desenfado solicitó dos rones más.

Para ese momento Gastón ya conocía los fundamentos del mambo, extraídos directamente de su creador.

El avión descendió en la isla, Gastón tomó del brazo a Dámaso para ayudarle a bajar la escalera, tenía Gastón un gesto de triunfo.

A su regreso, a la distancia, inmediatamente me llamó para contarme la anécdota. Me dijo, oye me estoy tomando un trago de Habana club mientras te cuento.

Gustoso, me quedó el remedió de buscar un disco de la Sonora Santanera.

 

 

 

 

Andrés Espinosa Becerra, Córdoba, Veracruz. Sus libros son: Quinteto para un pretérito, en coautoría con otros autores, Los días que no duermen, Una casa con silencio y patio, El silencio del gato. Actualmente escribe en la revista electrónica Estilo Mápula, donde además tiene una columna llamada Los Martes, donde saca textos suyos y de otros autores.

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