Un talentoso trío. Aracely Sánchez Ruiz

Foto Mariana Sánchez

Yo opino/ la columna de Aracely

Un talentoso trío

 

 

Por Aracely Sánchez Ruiz

 

 

 

El otro día tuve la oportunidad de ver la obra Vírgenes de papel, de Georgina Ayub, con Lillián Viveros y Sonia González, dirigida por esta última, en el Foro Cuatro.

Ellas tres se conocen desde que estudiaban licenciatura en teatro en el Instituto de Bellas Artes (hoy Facultad de Artes) y se han desarrollado tanto en la actuación, como en la dirección y la dramaturgia.

Han hecho equipo en proyectos como Amazing life in fullness, escrita por Georgina, dirigida por Lillián y ganadora de los premios del jurado y del público en el Día Mundial del Teatro (2018); Mamma mia, de Catherine Johnson, dirigida por Georgina (2018); Yo quiero un país, de Andreas Fluorakis, con dirección de Lillián (2019); los tres con Sonia en el elenco, entre otros.

En esta ocasión unieron sus talentos para contar la historia de Cristina (Lillián) y María (Sonia), cuya amistad, que han mantenido con altibajos después de años no verse, pero seguir en contacto, se pone a prueba cuando una descubre de qué está intentando huir la otra. Pero ¿quién puede escapar de sí mismo… si cada quién está donde decide estar?

Vírgenes de papel, una de las cinco obras incluidas en el libro Vestidos de ocasión, se centra principalmente en la falsa amistad: esas relaciones cimentadas en un juego de poder, de presunción, de minimizar a la otra bajo una careta y que a pesar de ello perduran, porque se han convertido en un círculo vicioso.

Sonia describe a María como una mujer en la situación de muchas que llevan una doble vida debido a la presión de formar una familia con el hombre perfecto. Para ella, María no es tonta, más bien se deja llevar de la manera como la educaron, a hacer las cosas supuestamente correctas. Y al final de cuentas, como en el monólogo de Silvia Pasquel, no es feliz, pero tiene marido.

Por su parte, Lillián ve a Cristina como una mujer que nunca imaginó que se quedaría sola tan pronto, luego de haber tenido la vida perfecta. Y en este punto, envidia un poco a María. En conclusión, ambas mujeres sufren de manera diferente la soledad y son presas del egoísmo.

Vírgenes de papel se estrenó el pasado 14 de enero, con una propuesta que su autora consideró muy acertada, ya que todo juega a favor, desde la caracterización, hasta las intenciones y el trazo escénico.

Ninguna de las tres descarta la posibilidad de llevar la obra nuevamente a escena, incluso intercambiar roles, o hasta alternar la dirección.

“Sería un ejercicio muy interesante, tanto cambiar los papeles, para ponernos del otro lado, como ver a Georgina actuando y observar el trabajo desde la silla del director”, opina Sonia.

Lillián concuerda, aunque se considera más una directora que una actriz, “pero también me divierte actuar y me gusta aprender de otros directores, estar del otro lado y recordar qué es estar en el escenario y a qué retos se enfrenta el actor”, señala.

“Un cambio de roles sería increíble, puesto que se trata de dos actrices con gran trayectoria, pero sobre todo que se conocen dentro y fuera del escenario (…) lo disfrutarían tanto ellas, como los espectadores”, coincidió Georgina, quien por otro lado estaría encantada de actuar junto a cualquiera de ellas, ya que valora y respeta su trabajo.

Cualquiera que sea la combinación, el resultado seguro será excelente, ya que las tres han demostrado su talento sobre el escenario y tras bambalinas, así que espero saber pronto de sus próximos proyectos. ¡Enhorabuena y muchos éxitos!

 

 

 

 

Aracely Sánchez Ruiz es licenciada en relaciones industriales egresada del Instituto Tecnológico de Chihuahua, trabajó 18 años en El Heraldo de Chihuahua, donde inició como correctora y los últimos doce años como reportera de la sección de espectáculos y cultura. Actualmente escribe notas y comentarios en Facebook.

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