Quincalla. Guadalupe Ángeles

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Quincalla

 

 

Por Guadalupe Ángeles

 

 

Por simple aburrimiento fue,

por simple aburrimiento,

que se puso a inventar ciudades y animales y suspensos

era delicioso encender un verbo incomprensible en sus labios

por eso, sin que nunca el francés fuera su lengua o lo quisiera,

que diseñó sonidos que guturales cantaban las ausencias inacabables

la desesperanzas ciertas o infundadas,

o en un alemán ladrante se puso a imaginar grandes héroes con todo y hazañas

filosofantes bestias de cabello lacio, de melena hirsuta, de tremendos dolores inasibles,

fue tan sutil la manera en que dio a luz diversos modos de mirar el cielo

que se le quisieron meter en sueños alucinantes fantasmas a los que de ninguna manera abrió la puerta

fueron amontonándose como ropa vieja en su mente

por simple aburrimiento

por desesperación sosegada y dejando entrever que todo ocurre en horas sin tamaño ni remedio,

en medio de calores densos

como si pusiera en venta la quincalla de su alma

como si fuera posible inventariar su desvarío

abrió puertas en sueños y se fue a ver a sus muertos

pero ellos se ocultaron tras fachadas de hospitales

de grandes construcciones hechas para pertrecharse contra todo viento

y ella fue el correr del agua bajo aguaceros

la lenta maravilla de nubes que hacían rostros (todos con el mismo ojo)

esos que vio y destazó para sí misma,

deshaciendo como una golosina en los labios, en su recuerdo esos rostros,

humanos o animales,

pero dueños todos del mismo ojo

¿cómo no soñarse otra

cómo no anhelar una caricia imperturbable en tardes solo imaginadas?

esos inventarios que inveterados se reunían a planificar el próximo delirio

hicieron las paces y se echaron a dormir mientras ella imaginaba mundos, animales,

viejas construcciones a manera de razonamiento irrazonable

para racionarse su propio aburrimiento porque ya sabemos,

todo esto tuvo lugar dentro o fuera

por simple aburrimiento.

 

 

 

 

Guadalupe Ángeles nació en Pachuca, Hidalgo. Fue directora de la revista Soberbia. Entre sus obras se encuentran Souvenirs (1993), Sobre objetos de madera (1994), Suite de la duda (1995), Devastación (2000), La elección de los fantasmas (2002), Las virtudes esenciales (2005) y Raptos (2009). Ha colaborado en ÁgoraEl FinancieroEl InformadorEl OccidentalLa Jornada Semanal; en las revistas electrónicas nacionales Al margen y Argos y en las españolas: Babab y EspéculoPremio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos 1999 por Devastación.

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