la columna de Bety
En múltiples ocasiones me he adelantado a cerrar ciclos
Por Beatriz Aldana
Bueno… aquí voy. Me gusta mucho observar y sobre todo analizar las diversas conductas de los seres humanos, y, gracias a ello, en múltiples ocasiones me he adelantado a cerrar ciclos, ya sea de amistad o de alguna relación sentimental.
Soy muy perceptiva de las señales que aparecen en lucecitas, primero amarillas y luego ya en rojo, pero tengo una ventaja: cuando observo eso, antes de que me digan “bye, bye Bety” o “bye, bye Beatriz” por fortuna me cubro con un caparazón cual si fuese una tortuga.
Porque a esta bendita edad que tengo, aún me puedo dar el lujo de adelantarme al “bye, bye, Beatriz” de la forma más cariñosa, diplomática y amistosa que me sea posible.
Aunque mi corazón quede contrito, se por experiencia que no es por mucho tiempo que permanece así, porque inmediatamente encuentro la sustitución de aquello hermoso que fue y que por caducidad irremediablemente se termina.
Gracias de todos modos, no es tan fácil hacerme feliz porque tengo la capacidad de autohacerme feliz. Ese grandioso regalo me lo hizo Él. O sea: Dios.