Anita niña maravilla. Novela seriada, episodio 2. Fructuoso Irigoyen Rascón

Anita niña maravilla. Novela seriada, episodio 2

 

 

Por Fructuoso Irigoyen Rascón

 

 

Aurora se puso de pie, empezó a empujar la silla de ruedas de la niña, cuando la psicóloga la interpeló:

Un momentito. Deje que Ricarda ―obviamente la secretaria― la conduzca y espere con ella en la sala de espera.

Anita no esperó a que apareciera la tal Ricarda, solita impulsó la silla de ruedas, rodando el artefacto hasta el siguiente cuarto. La psicóloga se puso de pie y cerró la puerta. Tratando de no expresar emoción en el rostro, miró a Aurora que había, al menos intentado, recomponer el suyo. Sin esperar la pregunta, dijo:

 ―¡Qué imaginación! ―lo que no dejó de sonar estúpido―. Cierto, Ana fue normal, más o menos hasta los nueve o diez meses cuando le diagnosticaron su parálisis cerebral. Nunca se paró, nunca caminó, la historia de la caída de la cuna nunca…

La psicóloga la interrumpió:

¿Hubo una cuna?

Aurora asintió con la cabeza.

Leyendo de su libreta:

¿Un mosquitero rosado? ¿una zalea?

Aurora:

―Sí, claro.

¿Un conejo Robi?

¡Que sí! ¡Pero nunca se paró, mucho menos trepó y se bajó!

La doctora se disponía a pontificar sobre el concepto de la llamada «amnesia infantil«. De hecho casi todos los profesionales de la salud mental creen a pie juntillas en ella: los niños no recuerdan nada de lo que les pasa en su más tierna infancia, las memorias más tempranas ‒que se registran en los libros de psiquiatría, psicología, pedagogía, consejería y otras «ías«‒ son de los cuatro años en adelante. Son pocos los de edades más tempranas, y pocos los niños que las tienen. En este punto la psicóloga pensaba que las de Anita, ahora de casi nueve años de edad, eran «memorias asistidas«, es decir, alguien le había contado lo que ahora recitaba como sus propios recuerdos.

Apenas comenzada su disertación, Aurora creyó leer su mente y ya se preparaba para argüir que nadie pudo haberle descrito a la niña cómo se había bajado de la cuna y que alguien había gritado que se había caído, puesto que ambas cosas nunca habían sucedido. Se encontraron hablando al mismo tiempo sin que la una pudiera entender lo que la otra decía. Aurora prevaleció:

No creerá usted que Anita resultó paralítica a consecuencia de una caída. Implícito no dicho: no fue mi culpa.

 

 

 

El famoso médico y explorador Fructuoso Irigoyen Rascón, autor de Cerocahui, avisa que acaba de aparecer su nuevo libro, Nace Chihuahua, Gabriel Tepórame y Diego Guajardo Fajardo, los forjadores, publicado por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. En el colofón dice que la edición es de 2019, sin embargo, a causa de la pandemia, apenas acaba de salir de imprenta este agosto de 2021.

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