Foto Pedro Chacón
Momentos: tesoros efímeros
Por Marco Benavides
¿Te has encontrado preguntándote el significado de la palabra “momento”? En el vertiginoso viaje a través de la existencia, a menudo nos encontramos tan atrapados en el torbellino de nuestras vidas que olvidamos apreciar los momentos que brillan efímeramente como destellos de luz en la vastedad de la eternidad. Pero ¿qué es un momento sino una instantánea de tiempo enmarcada por nuestra percepción? Son tesoros efímeros, breves y delicados, que merecen ser saboreados y apreciados antes de que se desvanezcan en el flujo implacable del pasado.
La vida, como una danza cautivadora, se compone de una serie interminable de movimientos y pasos, cada uno de los cuales es único e irrepetible. Cada momento es un compás en esta danza y nosotros somos los bailarines que danzamos a través del tiempo. ¿Cómo podemos, entonces, aprender a apreciar plenamente cada paso, cada giro, cada nota en esta coreografía?
La respuesta reside en la atención plena, la práctica de estar presente en el momento actual. Cuando dirigimos nuestra atención al aquí y ahora, nos sumergimos en la profundidad de la experiencia presente. Cualquier cosa, desde el susurro del viento entre los árboles hasta el aroma del café recién hecho puede convertirse en un momento significativo si lo experimentamos con toda conciencia.
Los momentos no siempre se anuncian con trompetas y fanfarrias. A menudo son los pequeños momentos los que tienen el mayor impacto en nuestras vidas. ¿Recuerdas la última vez que viste una puesta de sol y te quedaste sin aliento ante la belleza de la naturaleza? ¿O la última vez que reíste a carcajadas con un amigo? Estos son ejemplos de momentos pequeños pero preciosos que enriquecen la vida de mil maneras invaluables.
La conciencia plena es una práctica que nos permite experimentar cada momento con una atención completa. Nos invita a observar pensamientos, emociones y sensaciones sin juzgar, simplemente aceptando lo que son. En este estado de conciencia descubrimos una profunda conexión con la vida que nos rodea.
Cuando estamos conscientes, los momentos cotidianos se transforman en oportunidades para la maravilla. Puedes encontrar asombro en el resplandor de una luciérnaga en la oscuridad de la noche o en el aroma a tierra húmeda después de la lluvia. Estos momentos aparentemente simples se convierten en puertas de entrada a un mundo de belleza y serenidad que siempre ha estado ahí, esperando a ser descubierto.
La gratitud es un poderoso catalizador que amplifica la belleza de los momentos en nuestra vida. Cuando expresamos gratitud por lo que tenemos, transformamos instantáneamente nuestra perspectiva. Los momentos que podrían haber pasado desapercibidos se convierten en radiantes ejemplos de la abundancia que disfrutamos.
La infancia es un período de asombro y maravilla. Si cerramos los ojos, seguramente recordaremos esa fuente inagotable de alegría en las cosas más simples, como una pompa de jabón flotando en el aire o el brillo de las estrellas en el cielo nocturno. Sin embargo, a medida que crecemos y nos sumergimos en las responsabilidades y preocupaciones de la vida adulta, a menudo perdemos esa capacidad innata de maravillarnos.
Recuperar la maravilla infantil es esencial para disfrutar plenamente de los momentos. Podemos hacerlo practicando la atención plena y permitiéndonos explorar el mundo con la curiosidad de un niño. La próxima vez que salgas al aire libre detente a observar las hojas de los árboles meciéndose en el viento o las gotas de rocío que brillan como diamantes en la hierba. Permítete experimentar la maravilla que la vida tiene para ofrecer en cada momento.
Cuando estamos inmersos en una actividad que nos apasiona, a menudo experimentamos un estado de flujo, donde el tiempo parece detenerse y nos sentimos completamente absortos en lo que estamos haciendo. Estos son momentos de profunda conexión con nuestra creatividad y expresión personal.
El flujo es un estado donde la mente y el cuerpo trabajan en armonía, y podemos experimentar una profunda sensación de realización. Puede ocurrir mientras pintamos un cuadro, escribimos, bailamos o participamos en cualquier actividad que nos inspire. Aprovecha estos momentos para nutrir tu creatividad y encontrar significado en tu vida.
No todos los momentos son luminosos y alegres, también enfrentamos momentos de adversidad. Sin embargo, incluso en medio de la dificultad, hay oportunidades para el crecimiento. Supongo que aprender a abrazar estos momentos y encontrar el aprendizaje en ellos es una parte importante de disfrutar plenamente de la vida. Los momentos difíciles pueden ser momentos de autodescubrimiento y transformación. A través de la aceptación y el apoyo emocional podemos convertir incluso los momentos más difíciles en oportunidades para crecer.
Los momentos compartidos con otros tienen un significado especial en nuestras vidas. Las relaciones humanas son un reflejo de nuestra necesidad fundamental de conexión y pertenencia. Los momentos de amor, amistad y comprensión mutua son tesoros que enriquecen nuestras vidas de formas invaluables.
La conexión con otros nos brinda apoyo emocional y un sentido de comunidad, nos permite compartir alegrías y tristezas, celebrar logros y superar desafíos juntos. Estos momentos compartidos crean lazos que perduran en el tiempo y que pueden ser una fuente constante de alegría y satisfacción.
Los momentos no son solo vivencias personales; también son el tejido de la historia de nuestra vida. Cada momento contribuye a la construcción de nuestro legado, la huella que dejamos en el mundo y en la vida de los demás. Al abrazar y apreciar los momentos, estamos construyendo una historia de vida rica y significativa.
El legado de los momentos se extiende a través del tiempo, trascendiendo las fronteras de nuestra propia existencia. Los momentos de amor y generosidad que compartimos con los demás dejan una impresión perdurable en las vidas. Al vivir con autenticidad y aprecio por los momentos, creamos un legado que perdura mucho más allá de nuestra propia existencia.
Los momentos no son simples paréntesis en la corriente del tiempo; son portales hacia la eternidad. Cada momento que experimentamos es un fragmento de la infinitud, una ventana a la trascendencia. Al abrazar la riqueza de cada momento, tocamos la eternidad y nos conectamos con la esencia misma de la vida.
Al final, nuestra vida está hecha de los momentos que atesoramos y las huellas que dejamos en los corazones de los demás. Cada momento es una obra maestra en sí misma, una pieza única en nuestro propio rompecabezas. A medida que practicamos el arte de disfrutar los momentos, descubrimos la profundidad y la belleza que residen en la vida cotidiana. Vivir plenamente es aprender a encontrar la eternidad en un solo momento. ¿No crees?
8 octubre 2023
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drbenavides@medmultilingua.com
Marco Vinicio Benavides Sánchez es médico cirujano y partero por la Universidad Autónoma de Chihuahua; título en cirugía general por la Universidad Autónoma de Coahuila; entrenamiento clínico en servicio en trasplante de órganos y tejidos en la Universität Innsbruck, el Hospital Universitario en Austria, y en el Instituto Mexicano del Seguro Social. Ha trabajado en el Instituto Mexicano del Seguro Social como médico general, cirujano general y cirujano de trasplante, y también fue jefe del Departamento de Cirugía General, coordinador clínico y subdirector médico. Actualmente jubilado por años de servicio. Autor y coautor de artículos médicos en trasplante renal e inmunosupresión. Experiencia académica como profesor de cirugía en la Universidad Autónoma de Chihuahua; profesor de anatomía y fisiología en la Universidad de Durango. Actualmente, investiga sobre inteligencia artificial en medicina. Es autor y editor de la revista web Med Multilingua.