Los sueños de Ignacio Solares. Aracely Sánchez Ruiz

Collage de Aracely Sánchez Ruiz

Yo opino/ la columna de Aracely

 

Los sueños de Ignacio Solares

 

 

Por Aracely Sánchez Ruiz

 

 

Me habría gustado saber qué opinaba Ignacio Solares sobre los nuevos libros de texto gratuito que tanta polémica han causado. Y es que al escritor chihuahuense, recientemente fallecido, le preocupaba el nivel de enseñanza al que tienen acceso los jóvenes.

Así lo expresó en la entrevista que le hice el 21 de febrero de 2020, que se publicó el lunes 24 de febrero en El Heraldo de Chihuahua y que me hizo merecedora del XXVI Premio Estatal de Periodismo José Vasconcelos el 12 de octubre de ese mismo año.

Fue una interesante lección de Historia en poco más de media hora en la que hablamos de personajes como Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Antonio López de Santa Anna y Victoriano Huerta, de la educación en México y del actual gobierno; también de sus sueños, de contagiarse del personaje de la que en ese entonces pensaba que sería su última novela: El juramento.

Le acompañaba su esposa Myrna Ortega, quien al final me comentó: “qué bonita entrevista” y me pidió que le enviara la grabación, lo cual intenté, pero como eran más de 35 minutos me resultó imposible cargar el archivo en el correo. Sin embargo esta es una ocasión que amerita volver a intentarlo. En fin, esa… es otra historia.

Ignacio Antonio Solares Bernal fue un académico, articulista, dramaturgo, editor, ensayista, narrador y periodista cultural nacido en Ciudad Juárez en 1945; colaborador, jefe de redacción y director de algunos de los más importantes suplementos y revistas culturales en México; y reconocido por su aportación al género fantástico y como destacado exponente de la novela histórica.

El maestro Solares falleció en CDMX el pasado jueves 24 de agosto a las 21:30 horas. Tenía 78 años y un vasto acervo de obras publicadas, así como de premios y reconocimientos literarios.

Ignacio Solares. Sin miedo a la muerte fue el título de una de las cuatro entrevistas que inscribí al premio que otorga cada año el Foro de Periodistas de Chihuahua A. C. y que resultó ganadora de dicho reconocimiento, en una singular ceremonia transmitida por zoom, a causa de la pandemia.

La medalla, el diploma y un estímulo en efectivo me fueron entregados en la sala de juntas del periódico, por el presidente del foro y en presencia de la directora Georgina Morett. También en una pequeña ceremonia con estricto uso de cubre bocas.

Y para no hacer la historia más larga, aquí se las comparto:

 

Ignacio Solares

Sin miedo a la muerte

** A sus 75 años, declara que quizás El juramento sea su última novela, no tiene planes de escribir más

 

Por Aracely Sánchez Ruiz

 

Creyente en el Estado laico y la Constitución, pero no en el populismo, maestro por más de 30 años en la UNAM, defensor del lenguaje y erudito en Historia de México, Ignacio Solares habló con Gossip de interesantes temas antes de presentar El juramento y Gustavo A. Madero, el viernes en el Colegio de Bachilleres 1.

Se dice que quien no conoce su historia está condenado a repetirla, ¿qué está pasando en México en ese sentido?

Estamos en un momento muy especial, este gobierno ha traído cosas que no sé a dónde van, me da mucha cosa el acercamiento a lo religioso a través del populismo, es muy peligroso. Prefiero un estado laico, que no se hable tanto de que Dios nos va a ayudar, que va a bendecir a este gobierno, no creo en eso para nada. Si la historia está condenada a repetirse, ¡cuidado! Normalmente esos acercamientos a la Iglesia terminan en tragedia. Es cierto que hay que conocer la Historia, pero desde dentro, no como nos la cuentan en la escuela, hay que irnos a Martín Luis Guzmán, a Vasconcelos, los autores que he mencionado. Hay que entender que Madero era espiritista y buena parte de la tragedia del país, que desató una guerra civil, se debe a esa entrega a los espíritus. Se lo dijo su hermano Gustavo. Cómo el fanatismo de creer en los espíritus, o en las bendiciones que Dios, te manda para gobernar bien, me sacan de onda, me dan ñáñaras. Hay que conocer la historia desde dentro, no los datos fríos, las imágenes que te dan en la escuela, de rostros de piedra, figuras de yeso, hay que humanizarlos, cuando los humanizas entiendes mejor al personaje, la historia y a dónde podemos ir.

¿Qué opina de la propuesta de AMLO de retomar los descansos en las fechas históricas?

Que haga sus caprichos, pero que saque al país del horror de la violencia y levante la economía, si todo fueran detallitos como ese. Pero resulta que hay aberraciones como la rifa del avión, viajar en vuelos comerciales, como que ya no sabe uno bien a bien qué está pasando en el país en lo económico, como que la violencia aumenta, es lo que me preocupa, no que cambie los horarios, no que vamos a festejar los días. Es como sacar los huesitos de los héroes patrios para ponerlos en no sé dónde, son tonterías. Me preocupa lo verdaderamente grave, nada más, la economía y la violencia, que eso sí lo resuelva, veamos resultados, todo lo demás son distracciones.

Como una autoridad de la novela histórica y de la Historia de México ¿qué opina de la enseñanza en el país y qué cambios propondría?

Hoy los muchachos llegan a las universidades con un pobre nivel de lenguaje, tanto escrito como hablado. Lo primero que habría que hacer en la educación sería enseñar a hablar y escribir bien a maestros y alumnos. Para crecer hay que entendernos y eso solo se logra formulando nuestras propias preguntas. Un problema bien formulado ya tiene la mitad resuelta. Pero hay que saber hablar, pensar claro es hablar claro, escribir claro. Nuestro primer problema es el nivel educativo respecto a una materia básica que es el lenguaje. No creo en el populismo, decir que todos los muchachos entren a la universidad. No, hace falta el examen de admisión, exigir más, sobre todo en temas tan fundamentales. Cómo van a entrar a la universidad si escriben con terribles faltas de ortografía, cómo les vas a enseñar materias básicas, literatura o biología.

Si hay que desterrar la idea de valorar las cosas como buenas o malas, sin términos medios, ¿qué aspectos positivos destacaría de personajes como Huerta y Santa Anna; y en el otro extremo, qué rasgos negativos encuentra en Juárez e Hidalgo?

Yo he aprendido más en las novelas históricas que en la historia oficial, El seductor de la Patria de Enrique Serna pinta a Santa Anna como el ser ambivalente que fue, por un lado creía en salvar a la Patria y por otro era un cobarde. Mientras los norteamericanos invadían la Ciudad de México y las mujeres los enfrentaban con las uñas, él se escondía en el cerrito.

Siempre he creído que Madero y Huerta tenían algo de Cristo y Judas. Madero creyó en Huerta sabiendo que lo iba a traicionar, como lo narro en mi cuento Los delirios de Victoriano. Son dos personajes absolutamente distintos, Santa Anna para mí es un hombre despreciable, ambicioso, cobarde, que supo seducir a la Patria con su verbo y manera de actuar, no rescataría nada de él como el libro de Serna; en cambio Huerta era muy valiente y pudo haber sido un buen soldado.

El rostro de piedra de Eduardo Antonio Parra cuenta las virtudes y errores de Juárez, un hombre al que le debemos buena parte de la construcción de nuestro México actual. Pero era terco y obcecado, absolutamente insoportable. También fue un hombre valiente que sufrió la muerte de sus hijos, sin embargo para él la Patria era primero, ese era Juárez. Pero cometió un crimen imperdonable, fusilar a Maximiliano, con que lo hubiera exiliado. Fue la causa de la locura de Carlota. Sin embargo, creo profundamente en la Constitución de 1857 y en un Estado laico, no creo en mezclar a la Iglesia con el Estado, son como agua y aceite. Que la Iglesia se quede para quienes tienen fe en ella y el Gobierno que haga su trabajo.

Los pasos de López de Jorge Ibargüengoitia dan una imagen de Hidalgo que no tiene pierde, un cura mujeriego, burdelero, realmente hace una independencia no para liberar a los mexicanos, sino para liberarse de los criollos.

¿Qué sueños tiene todavía por cumplir?

Acabo de escribir la novela El Juramento, donde el personaje en un sueño encuentra la figura de Cristo, y aunque yo no he tenido ese sueño, de alguna manera me contagié de mi personaje y me he quitado de todo lo que antes me cautivaba y andaba dando vueltas a la noria y metiendo el dedito en el ventilador a ver si corta, y sí corta. Me interesaba la magia, el espiritismo, las sesiones de vudú. De repente como mi personaje me centré en la figura de Cristo y ya no necesito más. Antes, cuando tenía crisis de angustia me tenía que tomar un Valium, ahora rezo un Padre Nuestro y se me quita más rápido. Mi gran sueño es tener el sueño de mi personaje, ese sueño lo tengo pendiente, a veces creo que solo se dará en la muerte. Por eso, lo digo en serio, no le tengo miedo a la muerte. Con mi reencuentro con Cristo me he reconciliado con la vida, con mi prójimo, con la muerte. Por eso digo que a lo mejor es mi última novela, porque no tengo sueños por cumplir, ya escribí todas las novelas, tienen casi mil páginas mis novelas reunidas en el Fondo de Cultura. No tengo ahorita ningún plan para escribir y tengo sueños muy reveladores, como siempre he tenido, tengo tendencia a creer en los sueños, sobre todo acerca de la vida diaria, los seres queridos, todo eso, pero realmente un gran sueño ya lo escribí en El Juramento.

 

 

 

Aracely Sánchez Ruiz es licenciada en relaciones industriales egresada del Instituto Tecnológico de Chihuahua, trabajó 18 años en El Heraldo de Chihuahua, donde inició como correctora y los últimos doce años como reportera de la sección de espectáculos y cultura. Actualmente escribe notas y comentarios en Facebook.

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