Blade Runner (el poema). Gustavo Hirales Morán

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Blade Runner (el poema)

 

 

Por Gustavo Hirales Morán

 

 

El tiempo: un día cualquiera,

noviembre del 2019.

Los cielos sombríos pero

iluminados de vez en cuando por relámpagos,

hijos bastardos de un motín de tormentas.

El aire envenenado por la contaminación

(que finalmente ha vencido), en

una fantasmagórica ciudad

(Los Ángeles del futuro),

donde la lluvia ácida nunca cesa.

La ciudad de plomo desplomándose en trozos

(sin un árbol, un parque, unos jardines),

habitada por una trashumante

mezcla de razas y pendones,

los hunos y los partos del futuro,

que comen fideos chinos en puestos

móviles.

En el aire gigantescos zeppelines flotantes,

torres descomunales,

enormes y coloridos espectaculares

de Sony, Coca-Cola, Mitsubishi y

lo que quieras nombrar.

La ciudad al acecho de los rebeldes

replicantes.

Miro una y otra vez la escena de insoportable

belleza y lábil plasticidad:

Rutger Hauer es el letal y apolíneo

replicante Roy Batty,

mientras sostiene

en vilo, al borde del abismo,

a un desfalleciente Harrison Ford

(el cazador cazado, el implacable

detective Rick Deckard,

tardíamente enamorado

de la divina Rachael,

la androide más hermosa de todo

el universo, y su retro-look).

(Es noviembre de 2019,

el futuro se mira en un espejo.

El espejo lo refleja vencido, huérfano

de futuro

y al final se salvan los

improbables amantes,

en un inverosímil y a la vez

muy anhelado final feliz).

Mientras agoniza

murmura el rubio replicante:

“He visto cosas que ustedes,

mortales, jamás creerían.

Navíos de combate ardiendo

más allá de la Cintura de Orión.

He visto maravillosos haces de luz

iluminar la cósmica oscuridad,

muy cerca de las siderales

Puertas de Tannhauser.

He mirado las inefables auroras

de los mundos y aspirado el acre

polvo de las estrellas,

he visto a las galaxias nacer

y deshacerse,

he visto más, y más lejos,

de lo que ustedes, humanos,

jamás verán…

Todos esos momentos se perderán

sin remedio en el tiempo,

se desvanecerán

como lágrimas en la lluvia.

El futuro es ahora, es tiempo de morir”.

 

 

 

 

Gustavo Hirales Morán, escritor mexicano, ha publicado La Liga 23 de Septiembre, orígenes y naufragioMemoria de la guerra de los justos, El complot de Aburto, Camino a Acteal, Chiapas, otra mirada y Siempre de nuevo. Escribe también periodismo en El Nacional y Unomásuno, Nexos y Etcétera.

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