Desolación (inspirado en Dover Beach)
Por Gustavo Hirales Morán
Estoy solo en la oscuridad
de mi cuarto:
Todo es silencio o casi,
no escucho sino el eco
de mi melancolía.
El dilatado canto del mar
que viene y se retira.
El susurro acezante del taciturno viento
entrechocando, quizá precipitándose
hacia los pedregosos
acantilados del mundo.
Estoy solo en la noche
y me pregunto:
Si hubiéramos querido sincerarnos
(A la salud de un mundo
que aún ahora parece yacer
frente a nosotros,
como una prometida
tierra de los sueños,
tan diversa, tan hermosa y tan nueva,
como una blanca
alfombra de arenas y de espuma.
Es la playa infinita que
circunda la tierra),
¿hubiéramos podido acumular
el valor suficiente y responder
a las preguntas esenciales?
¿Realmente no tuvimos alegría?
Tanto amor que amasamos
¿nunca ocurrió?
Aquella luz que amamos,
tan bella y reluciente,
¿fue solo un espejismo?,
¿realmente no brilló?
¿No hubo paz para el alma,
ni consuelo al dolor?
Y aquí estamos ahora.
(Estoy solo en la noche).
Roto el silencio, interrumpido
por huracanadas ráfagas de viento,
en esta oscura esquina de la tierra,
temblando bajo ambiguas señales
de lucha, vuelo y trepidación,
“Mientras ciegos ejércitos chocan entre la noche”.
Gustavo Hirales Morán, escritor mexicano, ha publicado La Liga 23 de Septiembre, orígenes y naufragio, Memoria de la guerra de los justos, El complot de Aburto, Camino a Acteal, Chiapas, otra mirada y Siempre de nuevo. Escribe también periodismo en El Nacional y Unomásuno, Nexos y Etcétera.