9.- El pacto y la esperanza… parte 3. Almudena Cosgaya

Spread the love

Dintel de Almudena

9.- El pacto y la esperanza… parte 3

 

 

Por Almudena Cosgaya

 

 

Airam y Paulina se sentaron en silencio, sus miradas fijas en Paola y Erick, quienes estaban hablando en voz baja en la esquina de la habitación. Parecían distantes, como si estuvieran en otro lugar. La atmósfera en la habitación se volvió pesada y densa a medida que pasaban los minutos.

De repente, el aire se enfrió y un escalofrío recorrió los cuerpos. Airam y Paulina se miraron, sin saber qué hacer. Sintieron cómo el aire a su alrededor se había cargado con una energía ominosa, como si una fuerza siniestra estuviera al acecho. A pesar de que intentaron mantener la compostura, su inquietud creció a medida que el tiempo pasaba.

Airam notó algo extraño en la habitación. Una sombra se movía en el rincón, y podía sentir una presencia inquietante que la observaba. Paulina también lo notó y sus ojos se abrieron con temor. Fue entonces cuando escucharon un ruido, un susurro lejano que se acercaba. El sonido se hizo más fuerte y se convirtió en un susurro siniestro que llenó la habitación.

Las hermanas gritaron, pero la figura parecía ignorarlas y avanzó hacia Paola.

Erick se puso en guardia; la figura oscura lo empujó con fuerza hacia un lado, y se acercó a Paola. En ese momento la joven abrió los ojos y sus pupilas se dilataron, revelando un brillo sobrenatural. Paola parecía estar bajo la influencia de una fuerza desconocida; sus tías se dieron cuenta de que algo se había desatado.

Airam y Paulina miraron con cautela a Paola, sintiendo que algo no estaba del todo bien. Aunque su sobrina parecía estar en paz consigo misma, había un aire inquietante en la habitación. El silencio se extendió por unos segundos, mientras las hermanas se preguntaban qué más podría haber en esa habitación que no pudieran ver.

De repente, el viento comenzó a soplar a su alrededor, daba la impresión de estar en el ojo de un huracán. Sombras danzaban en la habitación y los murmullos cantaban una melodía escalofriante, pero Airam y Paulina no se asustaban con aquello, pues el temor era su sobrina y las consecuencias de todo aquello.

—¿Qué haremos hermana? —preguntó Paulina—. No podemos faltar a nuestra promesa de cuidarla.

—No pasará… —contestó Airam.

Miraron a Paola. Ella parecía ignorar la situación y seguía sonriendo.

—Ahí está —señalo Airma una sombra detrás de su sobrina—. En el nombre de quien está sentado en la puerta, yo llamo a la fuente de luz para proteger, y al caos llamo para que se lleve la oscuridad a su mar. Te invoco, espíritu protector, para que con tu sabiduría y tu fuerza limpies el camino y selles al destino. Expulsa esta presencia, así la oscuridad desaparezca y la luz prevalezca siempre.

La sombra que poseía a Paola se desvaneció lentamente.

—¿Qué ha sucedido? —preguntó Paulina, mirando a su alrededor en busca de alguna explicación.

Paola se acercó a ellas, su sonrisa ahora parecía aún más siniestra.

—Oh, no hay nada de qué preocuparse —dijo en tono tranquilizador—. Solo estamos experimentando un poco de la magia de la noche.

Las hermanas se miraron entre sí, sabiendo que esa no era una respuesta satisfactoria. Pero antes de que pudieran decir algo, el viento cesó de repente y las luces volvieron a su brillo normal.

—¡Hermanas! Uso el vínculo de sangre con mi hija para hablar con ustedes. —dijo Paola con una voz diferente a la suya—. Gracias, Airam, por liberar el sello, ahora debo poner punto a lo que acosa a mi hija. Paulina, luego de esto, cuida de ella y dale una verdadera familia.

—No te preocupes, así lo haré —dijo Paulina con lágrimas en los ojos.

—Las quiero, hermanas, y sé que pronto podremos volver a estar juntas —dijo Paola antes de entrar en trance. Su cuerpo comenzó a temblar violentamente.

Airam y Paulina observaban con temor cómo el rostro de su sobrina se retorcía en un gesto de dolor. De repente, la habitación se llenó de una presencia oscura y densa, que parecía emerger de las profundidades mismas del infierno.

Las hermanas se aferraron a sus amuletos protectores y comenzaron a recitar un conjuro antiguo, tratando de apartar a la presencia maligna de Paola. Pero la entidad parecía resistirse, y la lucha interna de Paola se intensificaba.

Erick se incorporó, sintiendo el poder sobrenatural que se desataba en la habitación. Sabía que debía ayudar a contener la oscuridad que amenazaba con consumir a Paola. Con un movimiento rápido, sacó una pequeña bolsa de cuero de su bolsillo y la abrió, dejando escapar un fuerte humo de incienso.

El aroma pareció tener un efecto mágico sobre la presencia maligna, que comenzó a retroceder lentamente. Las hermanas recitaron el conjuro con más fuerza, y poco a poco, la habitación se llenó de una luz brillante y cálida, que disipó la oscuridad.

Finalmente, Paola dejó escapar un suspiro, y su cuerpo se relajó. Las hermanas y Erick se acercaron a ella, aliviados de que hubieran podido salvarla de la entidad maligna. Sabían que el peligro aún no había pasado, pero se sentían más seguros ahora que habían logrado apartar la oscuridad.

Airam, Paulina y Erick se unieron en la recitación del conjuro, aumentando su poder con cada palabra. El aire se llenó de energía y el ambiente se volvió más denso.

Finalmente, la figura desapareció por completo, dejando tras de sí un silencio sepulcral. Paola cayó al suelo, exhausta, pero sonriendo débilmente. Las hermanas corrieron a su lado para ayudarla.

—Lo logramos —dijo Paulina—. Ahora, Paola está a salvo.

Pero las hermanas sabían que la lucha contra las fuerzas sobrenaturales nunca termina. Siempre habrá nuevas amenazas acechando en la oscuridad, listas para atacar en cualquier momento. Por eso, estarían siempre alerta, dispuestas a proteger a su sobrina y a su comunidad de cualquier presencia maligna que se atreviera a acercarse.

 

Continuará

 

 

 

 

Almudena Cosgaya descubrió su gusto por las historias desde niña; hacía fanfics de relatos ajenos, lo cual fue para ella un excelente entrenamiento para escribir luego sus propios cuentos, al darse cuenta de que en algunos de sus relatos de fanfic había creado un personaje que merecía su propia historia. Es autora de poemas y de prosa narrativa. En 2017 publicó su novela La maldición del séptimo invierno.

3 comentarios en «9.- El pacto y la esperanza… parte 3. Almudena Cosgaya»

Deja un comentario