Para mi chica Ana Pau
Por Adriana Quiñónez Carlos
Ahora que no está, todo es Ana Pau.
Ana Pau es mi café instantáneo por la mañana. Ana Pau son los nudos en mi cabello, y las pocas ganas de bañarme. Y también los niños a la hora de salida del colegio, gritando mamá.
Hoy más que nunca Ana Pau es Saturno. Y el espagueti con carne y tomate. Hoy Ana Pau no es la hora de dormir, porque de tanto recordar, hoy tampoco logré descansar.
Esta tarde Ana Pau es conducir mi carro en automático, sobre una estela de estrellas, que también es de Ana Pau. Y el agradable sonido de los pájaros al regresar a su hogar. Y mi silencio. Ana Pau es Van Gogh. Y también Los Beatles y Paul Anka. Y mi Adele. Esta noche es Ana Pau hasta la Santa Cecilia. Y limonada y ambigú de queso y jamón. Ana Pau es las siete y media y las once con once.
Y es entonces, a eso de las dos menos cuarto, cuando Ana Pau está, y todo lo demás no existe. Y solo existe Ana Pau.
Adriana Quiñónez Carlos. De 2005 a 2018 trabajó en la Secretaría de Hacienda del Gobierno del Estado de Chihuahua, en el área administrativa de la Dirección de Contabilidad. A la par con su labor pública, en 2008 fundó la empresa de pasteles y repostería Bake Me Happy, la cual sigue operando hasta la fecha. Adriana define el ser mamá de Ana Pau como el mayor y más importante de sus roles en la vida.