Con la mente en el pasaje. Ernesto Medina Domínguez

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Con la mente en el pasaje

 

 

Por Ernesto Medina Domínguez

 

 

Salió de casa temprano. La alteración en el sistema de transporte había cambiado de manera considerable el tiempo que se empleaba para llegar a cualquier punto de la ciudad. Por equivocación, pasó por el registro electrónico la tarjeta de Alsuper en vez de la del transporte. ¡Chin, espero no me robe los puntos acumulados!, pensó.

Ya una vez en el autobús, le sorprendió la agilidad de un chavo que, pasando, entre muros humanos, con voz lastimera trataba de conmover a los pasajeros para que le completaran el pasaje a su ciudad de origen.

―Más vale pedir que robar, ¿vedá?

Decía haber intentado sin éxito «Pos irme al chuco, ¿vedá?»

A capricho monopolizaba las bendiciones de Dios, que llegarían a los parroquianos en forma directamente proporcional a la cantidad que cada uno desembolsara.

―Lo que sea su voluntá, ¿vedá? Hoy por ti. mañana por mí, ¿vedá?

El truco funcionaba, pues los pasajeros dejaban en su mano monedas y uno que otro billete.

Cuando pasó cerca de él, lo miró feo por no ver respuesta al chantaje religioso tantas veces proclamado. Seguro adivinó los pensamientos de Daniel: “Este wey quiere viajar en Aeroméxico, ya tiene ocho días con la misma cantaleta”.

En la terminal División del Norte bajó y se encaminó hacia el Instituto Chihuahuense de Cultura.

No, los pagos aún no salían.

Debían haber salido ya.

Se comprometieron a avisarle pronto vía correo electrónico. Otro acto de fe. Había que enmendarse a Dios y esperar las bendiciones. Él no le había dado monedas al chavo del autobús momentos atrás. Su preocupación aumentó.

 

 

 

 

Ernesto Medina Domínguez es técnico administración de empresas turísticas. Se inició como actor mientras estudiaba turismo; en 1988 fue invitado por Fernando Saavedra a integrar a un montaje que finalmente no se llevó a escena pero sirvió para que a raíz de esos ensayos tuviera el protagónico de una pastorela. De ahí entró al taller de teatro de Bellas artes y Mario Humberto Chávez lo llamó para integrarse a la obra Un tranvía llamado deseo. Ha participado en más de 40 obras de teatro. En 1999 se inició como director con la obra La boda de la mujer maravilla, de Edna Ochoa. En 2009 ganó la muestra municipal y estatal de teatro infantil y representó a Chihuahua en Cuarta Muestra Nacional de Teatro Infantil realizada en Campeche. A la fecha ha dirigido una docena de obras de teatro y con varios compañeros inició el proyecto Teatro Breve en Chihuahua, un foro importante para los teatristas dentro y fuera del estado. También escribe cuentos.

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