Historia de un inverso total
Por María Merced Nájera Migoni
I
Tendida bajo la tenue luna
donde el delirio ignora
los ecos del infierno amordazados
los sueños se esfuman.
No puedo enjugar tu llanto
¿Cómo puedo asomarme
más allá de ti? Y encontrar todo eso que te asfixia.
II
¿Qué somos? Mitológicamente Evas
venidas al mundo
ciervas asustadas
huyendo de las gargantas abiertas
para acallarnos
y ser inoculadas de epílogos falsos.
―Cantarnos así mismas―
auto convencernos
de nuestros interminables días
en que desangramos
esas mutaciones que la vida nos pone enfrente
en estigmas amarrados a la Luna.
III
Somos hogueras inextinguibles
huellas inmensurables.
Con encendidos poros la noche
interminable nos cubre
el dolor une llevándonos a coordenadas
donde el mercurio de nuestros cuerpos
se desangra en cada Luna.
Hemisferios de círculos rotando en nuestros
rostros azules.
Lunes que no regresan
dónde detenerlos
someterlos a escrutinios
y decir ―ya basta―
como aglutinar los recuerdos
sin que laceren.
IV
Una mueca en nuestros rostros
impacta el escenario del día
confinado a los discursos de los instantes oscuros.
Entre llenos y vacíos
los meses amurallan los recuerdos
inverso total
donde me disuelvo
en el estridente silencio de todos.
V
Aun escucho las notas
de esa partitura
que ensordece. Lor en a
morada
en el último cobijo
donde el voltaje de mis días ausentes
me trasbordan
en la búsqueda del extravío.
Sin sentir la herencia del dolor
que nos aguarda al final del camino.
Como puedo encontrar las piezas que nunca
embonaron y que mi raciocinio se empeña
demostrándome
los enigmas.
Restos permanecen en los rastros
espontáneos
frágiles.
En el contrapunto de un análisis perdido…
desentierro círculos de luces
en líquidas palabras
de esta cósmica muralla en que me asfixio.
VI
Estos instantes
en este ahora me sofocan…
caducos
inermes
los miserables residuos de este olvido
anteponen a sus líderes
las horas para que enloden
y asesinen las cenizas de mi llanto.
Ahora pido
se escuchen los ecos que agonizan
este larguísimo lamento.
VII
Este es hoy
un nuevo tiempo
de lunes en que las llaves de mi sueño
permanecen confinadas
en el pantano de esta desmemoria.
Rejas
en el interior
a punto
de un inédito
decreto
―no es esto―
acaso palabrería.
Significado
breve
por la sombra
fuego
habitable
en este jueves
de mortaja oculta
llena de ficticios
fines sin excavar la noche del silencio.
VIII
En la luz inerte de mis cuencas
solo queda la mudez bajo la niebla
lluvia de tarde del viernes.
Quién puede salvar estos inciertos
desaciertos de lo inverso
son todos estos puntos frágiles
lacerando en lo espontáneo de mis días.
Puedo decir que estoy casi viva
o tal vez… Soy
[casi llama frágil invisible hilo de agua
resbala de mi rostro]
Efímeras horas del viernes
cierro las persianas y termino la jornada.
Encendida tarde se esconde
detrás de las plazas.
Testigo de mis intenciones
como un aliento
se detonan los recuerdos
bajo el cielo de todos
mis embozos cubren cicatrices
en el espejo
la sombra mira los fragmentos de luz
arropando su oscuro límite.
María Merced Nájera Migoni es poeta, editora y promotora cultural. Dirige Arde Editorial Chihuahua. Ha publicado Acuarelas, erotismo, Delicias 2001. Cristales cromáticos, 2001. El corazón lo dice todo, 2002. En la provincia de los recuerdos, 2002. La morada de Omega, 2003. Auge de sombras, 2004, Simulacros de olvido, 2005. Abadía del silencio, 2006, Abadía del silencio segunda edición 2007. La voluntad del deseo, 2011. Ensolecida, 2012. Mujer semilla, 2012 en Sediento Ediciones y segunda edición Tintanueva Ediciones, 2016. La morada de omega segunda edición 2020. Simulacros de olvido segunda edición 2021. Abadía del silencio edición 2022. Como editora a publicado a 120 autores, a lo largo de 17 años. Actualmente reside en la Ciudad de México.
Gracias a proyectos como Revista Estilo Mápula. Que con su entrega y esfuerzo, engrandecen los caminos de la literatura universal.