Collage Aracely Sánchez Ruiz
Yo opino/ la columna de Aracely
De regreso al teatro
Por Aracely Sánchez Ruiz
Tuvieron que transcurrir más de tres años y medio para el regreso del Grupo de Teatro Enrique Hernández Soto del Tec de Monterrey a los escenarios después de la pandemia, pero la espera valió la pena para ver el resultado: la obra Mujercitas se presentó este fin de semana en el Teatro de Cámara Fernando Saavedra, con gran éxito.
Basada en la novela de Louisa May Alcott publicada en 1868, esta adaptación de Lillián Viveros nos revela la historia de Meg, Jo, Beth y Amy, cuatro hermanas cuya adolescencia transcurre durante la Guerra Civil estadounidense, allá por los años 1861 a 1865.
Y es Jo, fuerte, irónica y sarcástica, aspirante a escritora, quien va contándo los diferentes pasajes de su vida: su estrecha relación con la tímida Beth, sus eternos conflictos con la egoísta Amy, su complicidad con la vanidosa Meg, su amistad con su encantador vecino Laurie, la devoción de su madre en el cuidado de la familia, la ausencia de su padre sirviendo en el Ejército de la Unión, la constante desaprobación de la rica tía March, su encuentro con el amable y compasivo profesor Friedrick Baher, quien la alienta a seguir escribiendo y con quien termina casándose.
Los roles estelares estuvieron a cargo de alumnos del Tec (y algunos exalumnos): Alejandra Peláez (Jo), Azul Ramírez (Beth), Daniela Bustamante (Meg), Sofía Munguía (Amy niña) y Ana Arreola (Amy joven).
Además de Héctor Pérez y André Sánchez alternando en el papel de Laurie, Leonor Medina (la madre), Alejandro Fierro (Friedrick Baher), Isabela Polanco, Nicolás Rodarte, Juan Rodríguez, Fátima Silva, Andrea Talamantes y Alejandro Trejo.
Luego de recibir el generoso aplauso del público en su última función del sábado, la directora Lillián Viveros agradeció su presencia en una noche tan especial para ellos.
“Porque ustedes no están para saberlo ni nosotros para contarlo, pero (…) el 12 de marzo de 2020, en este mismo lugar, mientras nos preparábamos para dar función nos llegó un mensaje de que teníamos que parar todas las actividades del Tec por la pandemia”, explicó.
Al día siguiente, un viernes, se despedirían con otra exitosa puesta en escena, Muerte por causa fatal de Peter Gordon, donde abundaron las risas desde el primero hasta el último minuto de la obra.
Desde entonces no habían pisado el Teatro de Cámara, al que volvieron “con gente completamente nueva, los chavos que estaban entonces ya se graduaron, (ahora) son otros chavos, niñas de 14 años, 15, 16, los ex alumnos que vinieron a hacernos fuertes, los maestros nuevos, los viejitos. Todos trabajando muy duro para poder llegar aquí este día”, acentuó.
“Ha sido muy emotivo, muy cansado, es una compañía completamente nueva, pero de verdad, muchachos, qué trabajo tan excelente sin conocerse de antes. Esta quizá sea la primera interacción entre ustedes en la compañía. Muchas gracias, los felicito, han hecho un trabajo de verdad muy digno”, afirmó.
Asimismo, agradeció “a nuestra patrona Ana García (productora ejecutiva), la que nos dice si sí o si no, pero casi siempre nos dice que sí; a Alan Sánchez, que compuso la música para nuestra obra; a dos alumnos que se encargan de correr la función, Alejandro (Carrillo) y Paulina (Cortés); y esta bonita escenografía, nos da mucho orgullo porque es de nuestra querida Karol Serrato, que hasta hace menos de un año estaba aquí como alumna y ahora la arquitecta es nuestra escenógrafa”.
Y reconoció el apoyo de los exalumnos Priscila Grado (maquillaje y peinado), Paulina Pérez (tía March), Pedro Rivera (señor March) y Andrés Samaniego (señor Laurence), como miembros de “una familia que nomás crece y crece y crece, y (ellos) nunca se van”.
El resto de los créditos son para: Anna Alicano, Alissa Díaz, Samantha Palma, Hugo Rivera y Valentina Santacruz en escenografía, utilería y tramoya; Manuel Espinoza en iluminación y audio; Alexa Parra y Briana Valenzuela en vestuario.
Por último, dio la despedida a Paulina Cortés, quien termina su ciclo en la compañía al graduarse de Ingeniería Mecatrónica. Ella empezó a hacer teatro en la secundaria, entró como el ángel en la pastorela ¡Qué diablos!, luego hizo utilería, pintó escenografía, actuó en obras infantiles y en este último proyecto participó en iluminación, audio, imagen, fotografía y redes.
“Vayan al teatro, no importa quién lo haga, el esfuerzo es grandísimo y nos da mucho gusto verlos, muchas gracias”, concluyó.
Aracely Sánchez Ruiz es licenciada en relaciones industriales egresada del Instituto Tecnológico de Chihuahua, trabajó 18 años en El Heraldo de Chihuahua, donde inició como correctora y los últimos doce años como reportera de la sección de espectáculos y cultura. Actualmente escribe notas y comentarios en Facebook.