Zapatos grises (1/2). Jaime González Crispín

Julio de Jaime

Zapatos grises

1/2 

 

Por Jaime González Crispín

 

 

Amelia gustaba mucho de invadir la cocina, le encantaba meterse entre ollas y sartenes con gran ventura. Sabía de tomillo, laurel, cominos, clavos y otras yerbas; el tamaño de las pizcas para preparar los platillos, sobre todo los de la cocina poblana. Se le veía seguido bebiendo agua y buscando baños; sus dolores estomacales eran frecuentes y caminaba siempre cerca de la náusea. Padecía gripe estacional.

Con todo, Andrea la convenció de contar con una computadora. Sugirió que no solo vendieran zapatos y a poco se agregaron a la venta cinturones y bisutería. Ya ganada la confianza la acercó al inglés; tardes hubo que la llevó a dar paseos en bicicleta, cuando no a las clases en donde bailaban zumba. Fue ella quien le encendió el deseo por viajar y la llevó de paseo a Guadalajara, a Puerto Vallarta y a Real de Catorce. Cambió a José José por Alejandro Sanz. Muchas veces bailaron y cantaron en la sala de la casa al ritmo de 4:40 aquello de que ojalá que llueva café en el campo; tardes enteras intercambiaron toda suerte de maquillaje; tejían suéteres y bufandas; preparaban pasteles o galletas y, por iniciativa de la muchacha, Andrea hizo suya la costumbre de dormir desnuda.

 

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Jaime González Crispín es profesor, por la Escuela Normal de Durango, con grado de Iicenciatura. También estudió en el Taller de Escritura Narrativa, en la Universidad Juárez del Estado de Durango y en el Taller Levriano de Escritura, Querétaro. Ha publicado los libros de cuentos Matemos al curaAlambre de Púas y Trece veces por minuto. Están inéditos sus novelas Eva Gorrión, o la monja que mató a su hermana y Casi quince, además de su libro de cuentos El mal samaritano.

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