Muerte de Lezama (en vísperas)

Muerte de Lezama (en vísperas)

 

 

Por Jesús J. Barquet

 

 

(poema iniciado en La Habana en febrero
de 1976: Lezama muere seis meses después)
 

 

Saquen ya el ataúd y acudan los dolientes.
W.H. Auden

 

 

Común decir que tiene usted

conciencia de su destino,

del escriba final que guiará su barca,

de su seguro paso y del encarnado

juncal que en sus orillas

le asignó el ojo lunar por justa residencia.

 

De Trocadero a Prado,

con sigiloso rumor,

un lento carretón rumbo al silencio.

Nefasta sería

una parada a destiempo: las estrellas

no lograrían llegar con su certeza nocturna,

con su perenne música la superior esfera,

con su murmullo el viento. Una vez más

la tierra desolada.

 

Pero atenuará el porvenir los bandazos

de su actual desventura:

el sol que raja, el mar que nutre,

el mástil de un país hacia la ruina,

el sinsonte y las palmas que cuchichean

respirando una flor, y la flauta que “sigue

la cintura en el sueño”, y su voz que tuvimos

y tendremos: todo

el apogeo del verbo en broncínea anunciación

frente a las ramplonas teñiduras de Oporto, todo

fajado por Dios sobre cestas que flotan en diverso caudal

contra la ingratitud y el olvido

de un decoro hoy en día muy escaso.

 

Como espada de gloria para el herrero,

su palabra ‒eso que otros en vicio desviaron‒

se ha vuelto un asiduo buril que nos inscribe

con jadeo de orfebre en la nación.

De tanto presagiarlo su madre,

se transfiguró usted en un roble

de corceles férreos en que estrenan

la dignidad un rubor,

el colibrí un revuelo de latidos,

la cascada un remanso antes de desplomarse

y la patria un estilo suyo de morir

que acudirá sin falta a resguardarnos.

 

Ahora que se detiene su mano sobre el papel,

avanza por Prado hacia el mar ‒henchidos

de salud los maderos‒ el lento carretón…

       y usted empieza.

 

 

 

Jesús J. Barquet es licenciado en lenguas hispánicas por la Universidad de La Habana en 1976. Trabajó como profesor en el Instituto Superior Pedagógico de Camaguey desde 1976 hasta 1979. Desde 1980 hasta 1991 residió en la ciudad de Nueva Orleans, donde obtuvo su maestría y su doctorado en español en la Universidad de Tulane en 1983 y 1990, respectivamente. Durante esos años trabaja también en las Universidades de Tulane y de Loyola. Desde 1991 y hasta la actualidad, trabaja como profesor asociado de Literaturas Hispánicas en la Universidad Estatal de Nuevo México en Las Cruces. Ha publicado los libros de ensayos literarios Consagración de La Habana, Escrituras poéticas de una naciónDulce María LoynazJuana Rosa Pita y Carlota Caulfield; los poemarios Sin decir el mar, Sagradas herejías, Icaro, El libro del desterrado, El Libro de los héroes, Un no rompido sueño, Jardín imprevisible, Naufragios, y Sin fecha de extinción.

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