¿Qué le pasa a Lupita? Aracely Sánchez Ruiz

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Collage de Aracely Sánchez Ruiz

Yo opino/ la columna de Aracely

 

¿Qué le pasa a Lupita?

 

 

Por Aracely Sánchez Ruiz

 

 

¿Quién no conoce a alguien, familiar o amiga(o), que se llame Guadalupe? Mis tías (la esposa de mi tío y la hermana de mi papá), mi vecina de la infancia, la dueña de la librería, la esposa de un amigo, la asistente de logística del museo, la coordinadora de aquella asociación civil, etcétera.

Y no se diga en el medio artístico, ahí tenemos a Lupe Vélez, actriz, bailarina y vedette que incursionó en Hollywood; Lupita Torrentera, también actriz y bailarina de la época dorada del cine mexicano; José Alfonso Ontiveros, mejor conocido como Guadalupe Trigo, actor, cantante y compositor; la inolvidable protagonista de Mi secretaria, Lupita Lara; el cantante y fundador del grupo Bronco, Guadalupe Esparza; la cantante y actriz Lupita D’Alessio, la Leona Dormida; la también cantante Guadalupe Pineda; la primera Miss Universo mexicana, que obtuvo el título en 1991, Lupita Jones; el cantante de música regional mexicana Lupillo Rivera; o la ganadora del Oscar a mejor actriz de reparto en 2013, Lupita Nyong’o, entre otros.

Y es que en México no hay mayor devoción que la que se le profesa a Nuestra Señora de Guadalupe, herencia del indígena chichimeca Juan Diego Cuauhtlatoatzin, a quien se le apareció un día como hoy, hace 492 años, en las faldas del cerro del Tepeyac.

Según cuenta la tradición oral y describen documentos históricos, en diciembre de 1531, la Virgen se apareció cuatro veces a Juan Diego, ordenándole en la primera presentarse a fray Juan de Zumárraga para solicitarle que le erigieran un templo.

Ante el escepticismo del primer obispo de México, en su cuarta visita el 12 de diciembre (que por cierto, también era martes), María mandó a Juan Diego cortar unas flores del cerrito y llevárselas. Cuando el indio extendió su ayate frente al religioso se reveló la imagen de la Virgen, con rasgos “mestizos”, que por su parecido con la figura bordada en el pendón de Hernán Cortés, se le denominó Virgen de Guadalupe.

Y quién que viaje a CDMX no ha visitado la Basílica de Guadalupe, construida al pie de aquel cerro donde hace casi cinco siglos se apareció Nuestra Señora de Guadalupe. O si nunca has estado en la capital, por lo menos habrás ido alguna vez a una peregrinación al Santuario.

Y hablando de procesiones, viene a mi memoria, como dice don Arnoldo, aquella anécdota de mis inicios reporteriles, que, aunque ya te la conté, te la voy a recordar (sin albur).

Finalizaba el año 2009 y cubría la nota Local, cuando me enviaron con mi compañero fotógrafo Jesús Sotelo a hacer un reportaje especial en torno a las peregrinaciones por el Día de la Virgen de Guadalupe, que estaba próximo.

Íbamos por la avenida Cuauhtémoc al encuentro de los matachines que danzaban rumbo al Santuario. Chuy estaba tomando fotos y oí que algo me dijo mientras me acercaba a un grupo de señoras, pero no le entendí y seguí caminando hacia ellas.

Me presenté como reportera, entrevisté a una y al final le pregunté su nombre. Cuando respondió que Claudia Garza, se me hizo vaciado que se llamara como la esposa del góber y reí para mis adentros. Pero no conforme con eso, encima me atreví a preguntar: ¿… de Baeza? Y que me contesta: “Exactamente, Claudia Garza de Baeza”.

Me puse roja de vergüenza y me dije: “trágame tierra… y escúpeme en una playa”. Me disculpé, muy apenada, pero ella muy amable me dijo que no me preocupara. Me habría ahorrado el mal momento si hubiera escuchado a Chuy cuando me advirtió antes de acercarme a ellas: “ahí viene la esposa del gobernador”.

Para cuando llegué a la Redacción él se había adelantado con el chisme y ya me esperaba el bullying de mis compañeros por el “osote” que hice.

Quién iba a pensar que aquella señora de jeans y tenis, con el cabello recogido y lentes oscuros, era la misma que había visto esa mañana en la tele, en el mensaje navideño del góber, con traje sastre, maquillaje y peinado diferente.

Pero esa… era otra historia, lo que hoy me ocupa es enviarles un fuerte abrazo y felicitaciones a todas las Lupitas cercanas a mi vida, pero en especial a mi querida tía Lupe González: ¡Tíaaa, la amooo! Y espero que esté bien.

 

PD: ¿Se supo al fin qué le pasa a Lupita?

 

 

 

Aracely Sánchez Ruiz es licenciada en relaciones industriales egresada del Instituto Tecnológico de Chihuahua, trabajó 18 años en El Heraldo de Chihuahua, donde inició como correctora y los últimos doce años como reportera de la sección de espectáculos y cultura. Actualmente escribe notas y comentarios en Facebook.

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