Historia de la Cruz Roja Internacional. Marco Benavides

Foto Pedro Chacón

Historia de la Cruz Roja Internacional

 

 

Por Marco Benavides

 

 

La Cruz Roja Internacional es una organización humanitaria que tiene como objetivo proteger y ayudar a las víctimas de conflictos armados y otras catástrofes. Es parte de un movimiento más amplio que está formado por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR) y 192 sociedades nacionales. La historia de la Cruz Roja Internacional es una historia de compasión, coraje e innovación frente al sufrimiento.

Los orígenes de la Cruz Roja Internacional se remontan a 1859, cuando un empresario suizo llamado Henry Dunant fue testigo de las consecuencias de la Batalla de Solferino en Italia, donde miles de soldados heridos quedaron sin atención médica. Dunant quedó profundamente conmovido por la escena y organizó voluntarios locales para ayudar a los heridos, independientemente de su nacionalidad. Posteriormente publicó un libro llamado Memorias de Solferino, en el que proponía la creación de sociedades de socorro nacionales para ayudar a los soldados heridos en tiempos de guerra, y un tratado internacional para protegerlos a ellos y al personal médico.

Las ideas de Dunant inspiraron a un grupo de cinco hombres en Ginebra, Suiza, que formaron un comité en febrero de 1863 para promover su visión. Adoptaron una cruz roja sobre fondo blanco como emblema, invirtiendo los colores de la bandera suiza. El comité, que más tarde se convirtió en el CICR, convocó una conferencia diplomática en agosto de 1864, donde 12 estados firmaron el primer Convenio de Ginebra para aliviar la suerte de los heridos en los ejércitos en campaña. Este tratado estableció las reglas de la guerra y los principios humanitarios que aún hoy guían el trabajo de la Cruz Roja Internacional.

Inicialmente, la función del CICR fue coordinar y apoyar a las sociedades nacionales que se fundaron en muchos países después de 1863. La primera sociedad nacional se estableció en Württemberg, Alemania, en noviembre de 1863. Las sociedades nacionales proporcionaron voluntarios, suministros médicos y ambulancias para ayudar. Servicios médicos militares en el campo de batalla. También ayudaron a los civiles afectados por la guerra y los desastres naturales.

El CICR se involucró gradualmente en las operaciones sobre el terreno, al darse cuenta de la necesidad de contar con un intermediario neutral entre los beligerantes. También amplió su ámbito de acción más allá de Europa y más allá de las guerras convencionales. Intervino en conflictos como la guerra franco-prusiana (1870-1871), la guerra ruso-turca (1876-1878), la guerra de los Bóers (1899-1902) y las guerras de los Balcanes (1912-1913). También abogó por la revisión y el desarrollo del derecho internacional humanitario, lo que llevó a la adopción de nuevos Convenios de Ginebra en 1899 y 1906.

La Primera Guerra Mundial (1914-1918) marcó un punto de inflexión en la historia de la Cruz Roja Internacional, que enfrentó desafíos y oportunidades sin precedentes. El CICR abrió una Agencia Central de Prisioneros de Guerra en Ginebra, que recopiló y transmitió información sobre millones de prisioneros y personas desaparecidas. También organizó visitas a campos de prisioneros de guerra e intervino sobre el uso de armas que causaban sufrimiento, como el gas venenoso. Las sociedades nacionales movilizaron a millones de voluntarios que dirigieron servicios de ambulancia, hospitales y programas de socorro para soldados y civiles heridos.

Después de la guerra, muchas sociedades nacionales sintieron que tenían que adaptarse al mundo cambiante y abordar nuevas necesidades humanitarias. En 1919 fundaron la Liga de Sociedades de la Cruz Roja, que más tarde se convirtió en la Federación Internacional. La Liga tenía como objetivo coordinar y apoyar a las sociedades nacionales en sus actividades en tiempos de paz, como la promoción de la salud, la ayuda en casos de desastre y el bienestar social. También alentó la cooperación y la solidaridad entre ellos.

Sin embargo, la paz no duró mucho y la Cruz Roja Internacional tuvo que hacer frente a nuevos conflictos y crisis en las décadas de 1920 y 1930. El CICR siguió activo en varias regiones, como Etiopía, América del Sur y Asia. También intervino en guerras civiles, como la Guerra Civil Española (1936-1939), donde enfrentó nuevos desafíos como los bombardeos aéreos, la polarización ideológica y la represión.

La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) fue otra prueba importante para la Cruz Roja Internacional, ya que fue testigo de atrocidades y violaciones del derecho humanitario sin precedentes. El CICR continuó su trabajo con prisioneros de guerra y civiles bajo ocupación, pero enfrentó dificultades para acceder a algunas zonas y poblaciones, como los campos de concentración. También enfrentó críticas por su silencio o falta de acción en algunos temas, como el Holocausto. Las sociedades nacionales desempeñaron un papel importante al brindar socorro y asistencia a millones de personas afectadas por la guerra.

Después de la guerra, la Cruz Roja Internacional tuvo que adaptarse a un nuevo orden mundial marcado por la descolonización, las tensiones de la Guerra Fría, las amenazas nucleares y los movimientos de derechos humanos. También tuvo que responder a nuevos tipos de conflictos y crisis humanitarias, como guerras de liberación, guerras civiles, guerras por poderes, genocidios y flujos de refugiados. Tuvo que lidiar con nuevos actores y desafíos, como los grupos armados no estatales, el terrorismo, las minas terrestres y la guerra cibernética.

El CICR y la Federación Internacional trabajaron juntos para revisar y desarrollar el derecho internacional humanitario, lo que condujo a la adopción de nuevos Convenios de Ginebra en 1949 y protocolos adicionales en 1977 y 2005. Ampliaron su alcance de acción y cooperación, abarcando áreas como protección, asistencia, prevención, desarrollo y promoción. Fortalecieron su coordinación y asociación con las sociedades nacionales, que crecieron en número y diversidad.

La Cruz Roja Internacional enfrentó desafíos internos, como mantener su unidad, identidad y principios en un mundo complejo y cambiante. También hizo frente a la competencia y las críticas de otros actores humanitarios, como las Naciones Unidas, las organizaciones no gubernamentales y los medios de comunicación. Tuvo que lidiar con riesgos de seguridad y dilemas éticos en sus operaciones.

La historia de la Cruz Roja Internacional no ha terminado, ya que continúa enfrentando desafíos y oportunidades humanitarias en el siglo XXI. Es una historia de esperanza y humanidad, de sufrimiento y solidaridad, de innovación e inspiración. Es una historia que muestra que incluso en los tiempos más oscuros siempre hay una luz de compasión y coraje que brilla.

 

30 octubre 2023

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Marco Vinicio Benavides Sánchez es médico cirujano y partero por la Universidad Autónoma de Chihuahua; título en cirugía general por la Universidad Autónoma de Coahuila; entrenamiento clínico en servicio en trasplante de órganos y tejidos en la Universität Innsbruck, el Hospital Universitario en Austria, y en el Instituto Mexicano del Seguro Social. Ha trabajado en el Instituto Mexicano del Seguro Social como médico general, cirujano general y cirujano de trasplante, y también fue jefe del Departamento de Cirugía General, coordinador clínico y subdirector médico. Actualmente jubilado por años de servicio. Autor y coautor de artículos médicos en trasplante renal e inmunosupresión. Experiencia académica como profesor de cirugía en la Universidad Autónoma de Chihuahua; profesor de anatomía y fisiología en la Universidad de Durango. Actualmente, investiga sobre inteligencia artificial en medicina. Es autor y editor de la revista web Med Multilingua.

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