Mi amigo, el parque. Leoncio Acuña Herrera

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Columna de Acuña

 

Mi amigo, el parque

 

 

Por Leoncio Acuña Herrera

 

 

Generalmente, antes de los 60, el espacio sin trabajo se reducía a uno, o dos meses, que me parecían interminables.

No sabía lo que pesa el fardo de los años para volver a tener un empleo digno.

Bueno, esa fecha fatal llegó poco antes de los 60. Y ahí supe que la espera de uno o dos meses se prolongaría indefinidamente.

En esas estaba, llenando solicitudes por todos lados, hasta que en una ocasión Tania, una sobrina de mi esposa, me agregó a un grupo de Vecinos, de la colonia San Felipe V Etapa.

Desde un inicio empezaron las discordias, quizá iniciadas por mí mismo, cuando advertí que los mensajes que circulaban eran más bien cadenas de oración, promovidas por el presidente del Comité.

No sabía que era la esposa, expresé mi descuerdo, y de buenas a primeras me eliminaron del grupo, que por lo visto era más bien conservador, clasemedieros de alta, de antaño, a la baja.

No sé cómo me volvieron a dar de alta y no se arrepintieron, porque pronto me convertí en la mano derecha del presidente del comité. No solo por el parque, también me encargaba de gestionar otros trámites de la colonia, como el del alumbrado público.

Fue así que, en mis largos ratos de ocio ‒en realidad no había de otros‒ me dedicaba a regar el parque casi a diario. Para la primavera de 2022 su verdor era fresco y reluciente.

A través del Presupuesto Participativo del Municipio logramos que se incluyera una propuesta de mejora del parque para el año 2022.

Claramente en ello tuvo mucho impulso la asesoría de un amigo, R, cuyo nombre no quiero ni recordar porque lamentablemente nuestros respectivos temperamentos nos hicieron romper quizá para siempre.

Junto con R. hice muchas cosas: comprar mangueras nuevas, reparar las que estaban rotas, y sobre todo quitarles la caseta del parque, dizque de “vigilancia” a Aresafe, que solo servía para pedir cuotas a los vecinos. Ahí está instalada la bomba para regar el parque con agua tratada.

Logramos que el municipio instalara nuevas bancas, así como aparatos para hacer ejercicio que demandaron los vecinos.

Por cierto, oficialmente el parque lleva el nombre de Enrique Ortiz Sahagún, pero todo mundo lo conoce como Parque de Las Hormigas, porque está situado entre las calles Mexicanos y Las Hormigas, y de manera adyacente, la avenida Francisco Villa.

Hubo muchos incidentes: fugas de agua, vándalos que dormitaban ahí, vecinos que arrojaban basura, gestiones ante la empresa concesionada para la limpia, e incluso, en una ocasión, recurrir a los bomberos, pues un pino, derrumbado por los fuertes vientos, amenazaba con desplomarse sobre el techo de una casa.

En unos meses más, a principios de 2023, pude finalmente comprar una casa, más bien mediana, de un solo piso, pero finalmente mía. La adquirí con la venta de la que no terminaba de pagar, pero ya no tengo deuda hipotecaria. Tras 60 años ya tengo las escrituras de una casa.

Termino diciendo que ese parque llenó las hojas en blanco de por lo menos dos años de mi vida, llenó horas de mi soledad, días que volaban como hojas, sin ton ni son.

Por lo pronto les recomiendo se incorporen a una agrupación comunitaria. Es una excelente experiencia que ensancha el alma y te cobija por un largo rato; experiencias como las de mi entrañable parque, mi amigo, duren para siempre.

 

2 de octubre de 2023

 

 

 

Leoncio Acuña Herrera, periodista y escritor, es licenciado en ciencias de la comunicación. Ha sido reportero en Novedades de Chihuahua, subdirector editorial de Norte de Chihuahua y jefe de información de El Heraldo de Chihuahua. Actualmente cursa la maestría en periodismo en la UACH.

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