Los cuentos y yo. La experiencia literaria
Por Benito Rosales
De niño me gustaba hablar solo, inventaba amigos imaginarios y mantenía con ellos largas charlas, me gustaba jugar en solitario, inventar mis juegos. A menudo inventaba historias donde los juguetes eran protagonistas, bastaban unos monos de plástico, latas y cajas de cartón para inventar entretenidas odiseas. No las escribía, no había descubierto aún la escritura, quizá era muy pequeño, el juego lo era todo.
Con el tiempo salté al dibujo. Vinieron días donde los cuadernos se llenaban de trazos y aparecían seres en sus hojas, cientos de personajes llegaron de la nada y en una sola página, con su presencia, narraban una historia que solo yo entendía. Fue tanto mi gusto por el dibujo que terminé en una preparatoria técnica estudiando diseño y comunicación visual, deseando dedicarme a eso. Cosa que no sucedió.
Fue a mitad de la facultad cuando dibujar fue pasando a segundo plano y comenzó a llegar la escritura. En ese entonces tenía un diario, bueno, en realidad lo comencé en la preparatoria, pero se volvió importante en la universidad. Escribir era una necesidad para sortear el día a día, y en una ocasión cualquiera di un salto que quizá era inevitable: comencé a escribir cuentos.
Escribía relatos cortos a diario, las aventuras de los juguetes que utilicé de niño, las historias de los dibujos, se convirtieron en cuentos, y la imaginación se expandía. La escritura ha sido el medio para no dejar de divertirme y disfrutar el día a día, es mi descanso, mi desahogo. Me ha permitido ir más allá de mis deberes de adulto sin renunciar a mi alma de niño.
Sobra decir que mi género favorito para escribir es el cuento, que por su brevedad y simpleza no por eso fácil. Así he llegado más allá de mi realidad inmediata, a lugares y situaciones que de otra manera me serían inaccesibles. Y si esto pareciera poco, me ha dado la oportunidad de compartirlo. Publicados tengo el libro Rastros del innombrable compuesto de ocho cuentos de terror, Cuentos del cocodrilo, un cuaderno de quince textos donde las temáticas son variadas, escritas en un tono sarcástico a la hora de decir las cosas. También tengo una colección de doce eBooks de cuentos infantiles llamada Narraciones extraordinarias de un árbol en patines.
No sé qué sería de mí si un día no puedo leer o escribir, no imagino mi vida sin mis libros, sin mis cuentos, sin las historias. Más que considerarme un escritor, me considero un niño que por accidente se hizo adulto y ahora busca lugares dónde seguir divirtiéndose contando historias, que por casualidad y fortuna dio con la escritura.
Benito Rosales Barrientos nació en Monterrey, ha participado en varios talleres literarios de ciudad natal. Es autor de los libros: Sobre la cornisa del laberinto, poemas; Cuando estos cielos caigan como ojos de gato, poemas; Las flores del jardín, cuento, 2017; La niña y la serpiente, cuento, entre otros.
Gracias por la publicación. Saludos.