A las palabras se las lleva el viento, pero algunas se quedan: presentación de El suero de la verdad, libro de relatos de Benito Aguirre. Jesús Chávez Marín

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Foto Pedro Chacón

A las palabras se las lleva el viento, pero algunas se quedan: presentación de El suero de la verdad, libro de relatos de Benito Aguirre

 

 

Por Jesús Chávez Marín

 

 

Una tarde, platicando con mi amigo Alan después de un intenso día de trabajo… cuando escuchamos o leemos ese tipo de expresiones, sabemos que lo que sigue es una historia que resultará divertida o tediosa según sea el ingenio de quién la cuente.

Si el relato nos atrapa antes de que caiga el primer punto y aparte, sabremos que lo que viene es el deleite que nos causan los buenos textos narrativos. Cuando sucede eso, no podremos estar satisfechos antes de consumar el disfrute pleno de la lectura, si es que lo hallamos en forma escrita, o de la plática, si es que lo que nos contaron fue de viva voz.

La primera sorpresa del estilo desenfadado y certero de Benito Aguirre, autor del libro El suero de la verdad, es esto: yo no sé cómo le hace para conseguir que lo que él escribe suene con tanta viveza como si nos lo estuviera platicando tranquilamente, y sobre todo con absoluta verdad.

En esto él es muy audaz, pues no se guarda nada de tantas historias que se arremolinan en su libro, soltando con toda libertad intimidades propias y ajenas, siempre cercanas al entorno social y territorial de la ciudad de Chihuahua.

Y aunque formalmente solo sean seis relatos, cada uno de ellos contiene muchas otras anécdotas y fantasías de personajes satélites en torno al protagonista de cada historia.

Claro que el mismo autor advierte que cambió algunos nombres de los personajes, para ocultar identidades reales de sus modelos.

Sin embargo, este libro es de los más verídicos que se han escrito en nuestra tradición literaria regional, de tal manera que refleja con exactitud y alegría una época de nuestra sociedad, que estaría fechada de 1980 a 2010; uso esas fechas de forma por demás arbitraria, solo para delimitar la acción narrativa que aquí sucede.

El primer relato cuenta la biografía de Maics, una especie de héroe anónimo de los que hay tantos en la sociedad Chihuahuense: el típico hermano mayor que desde niño es todo rectitud y que ayuda a su padre a salir adelante con los gastos de una familia numerosa, aun a costa de tenerse que ir a trabajar a Estados Unidos, donde trabajó como soldador, que era la profesión técnica que aprendió en la Escuela de Artes de Oficios, y desde allá mandaba dinero para la familia.

Fue un trabajador honesto y exitoso.

También se daba tiempo para tener amores y frecuentar a los amigos.

Se las arreglaba para visitar a la familia dos veces por año, en especial a su madre que lo amaba con adoración.

Por cierto, ese amor de madre resultó la típica estampa de la rosa y la espina, pues cuando Maics, con mucho cuidado, le comunicó que se iba a casar con Lupita, la señora literalmente se enfermó de muerte, pues, por un lado, no le gustaba para nada la mujer que su hijo había elegido, y por otro, aunque sin explicárselo ni a sí misma, unos celos mortales y bastante freudianos terminaron por llevarla literalmente a la tumba.

En el segundo cuento, un hombre insensato le pide a un amigo suyo que ponga a prueba a su joven mujer mediante el recurso de emborracharla para que soltara la lengua con lo que él llamaba el suero de la verdad, una bebida refrescante a base de sotol llamada Soborno.

En medio de la tertulia, la joven disfruta de la bebida y empieza a hablar con crudeza y descaro de su propia vida

Y como quién busca encuentra, el hombre, que le llevaba veinte años de edad a la concubina, descubre lo que jamás hubiera querido conocer.

No voy a contarles más de este delicioso libro de relatos porque sugiero que mejor lo disfrute cada quién según sus propias preferencias y enredos.

Solo voy a leerles un pasaje, elegido entre muchos que me gustaron tanto o más que este:

Ricardo estaba a mil de palpitaciones en su corazón, emociones mezcladas de retozar con ella y con el temor de estar a punto de perder la vida si llegaba el teniente. En unos segundos lo olvidó y se entregó por completo a la pasión, deslizó su lengua por el cuello de Esmeralda al tiempo que sus manos recorrían la espalda y las caderas, siguió bajando hasta besar sus senos, que eran hermosos con una pequeña aureola color miel y un pezón erecto pero delicado de un tamaño pequeño. Ella se estremeció al sentir la lengua en su centro y jaló a Ricardo a su cama, empezó a besarle todo el cuerpo y esto hizo que Ricardo, inexperto en amores diarios, casi explotara con anticipación. La retiró y siguió besándola con pasión y acariciándole todo el cuerpo, y poco después, cuando sintió que la dama ya estaba a punto de desbordarse, la penetró de una manera delicada donde ella ya no pudo contenerse y estalló en un sordo gemido de placer mordiéndose el torso de la mano izquierda, cuidando de que no la descubrieran sus familiares, a la vez que temblaba deliciosamente. Al poco tiempo él también terminó con un grito ahogado en el pecho de Esmeralda y quedaron recostados uno sobre el otro en el aposento matrimonial.

 

Muchas gracias por su atención.

Enero 2023

Aguirre, Benito: El suero de la verdad. Editorial Tintanueva, México, 2023.

 

 

 

Jesús Chávez Marín es editor de Estilo Mápula revista de literatura.

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