Dintel de Almudena
- ¿Un mago guerrero?… parte 2
Por Almudena Cosgaya
A medida que pasaban los días, Paola comenzaba a notar que el tío Mario estaba siempre cerca, observándola en silencio, como si estuviera esperando el momento adecuado para actuar. Ella no sabía por qué, pero sentía que había algo oculto detrás de su presencia. Cada vez que se encontraban, la sensación de desconfianza aumentaba.
Una tarde, mientras Paola entrenaba su mente, comenzó a experimentar extrañas sensaciones en su interior. Sentía una presencia oscura que la acechaba, como si algo malévolo estuviera tratando de controlarla. Su tía Airam le había advertido sobre esto y le había estado enseñando a controlar su ser interior para poder enfrentar cualquier amenaza.
—Nuestra familia posee grandes secretos, y con el tiempo se vuelven una carga. Debes aprender antes de tomar una decisión —había dicho Airam la última vez que se vieron.
Pero la presencia no desaparecía, sino que se intensificaba cada vez más.
—Tienes que relajarte. Nuestra sangre se vuelve un imán para ciertos seres que no tienes idea —dijo Erick sonriendo—. En verdad, Paola, tienes que tranquilizarte.
—Para ti es fácil. Tienes mucho tiempo viviendo con ello —dijo Paola con frustración—. Han sido muchas cosas en un periodo corto de tiempo. Me gusta vivir con tía Paulina, pero la llegada del tío Mario me ha hecho sentir intranquila.
—Era de esperarse. Por lo que me contaste, es un mago guerrero; debe estar rodeado por auras oscuras —dijo Erick tomando la mano de Paola—. Solo date tiempo y verás que todo vuelve a estar como antes.
Los días posteriores, Paola comenzó a tener pesadillas terribles, en las que se veía perseguida por sombras oscuras y figuras monstruosas. Despertaba bañada en sudor. Había intentado hablar con su tía Paulina y con Erick sobre sus temores y sueños, pero ellos parecían no entender la gravedad de la situación.
—Debes saber que tus sueños no serán como los de antes —respondió Paulina mientras tomaba su café con un toque de crema de calabaza.
—¿Por qué? —cuestionó Paola con leve molestia.
—Niña, has visto más allá de lo que ha visto que un humano promedio —dijo una voz masculina a su espalda—. Pronto pasará.
Al ver a su tío Mario en la puerta de la cocina, Paola no puede evitar sentir una mezcla de curiosidad y desconfianza hacia él.
—¿Cómo puedes saberlo? —pregunto Paola, tratando de mantener una mirada firme mientras observa a su tío.
—Ja, ja, ja… no me mires de esa forma o me harás reír —respondió Mario con una sonrisa—. Por lo que veo tu entrenamiento va demasiado despacio.
—¿Por qué no viniste antes? —pregunto Paola con un tono un poco agrio—, ¿por qué apareces ahora después de tres meses?
Mario se encogió de hombros.
—He estado ocupado con algunos asuntos —respondió enigmáticamente—. Pero ahora estoy aquí para ayudarte en lo que necesites. Eso huele delicioso, hermana, me sirves un poco de tu café.
—Por supuesto —dijo Paulina sonriendo—. Toma, le he añadido un poco de crema de calabaza. Le da un sabor exquisito.
Paola miraba la escena, pero no estaba segura de si debía confiar en su tío. Optó por darle el beneficio de la duda.
—Bien —dijo, con una sonrisa forzada, atrayendo la atención de sus tíos—. Supongo que siempre es bueno tener más ayuda.
Mario asintió con la cabeza.
El corazón de la joven latía con fuerza mientras miraba a su tío. ¿Qué secretos oscuros podría estar escondiendo? ¿Por qué de repente ha aparecido después de todo este tiempo? La intriga y el misterio la envuelven mientras se prepara para descubrir lo que su tío tiene que ofrecerle.
Continuará.
Almudena Cosgaya descubrió su gusto por las historias desde niña; hacía fanfics de relatos ajenos, lo cual fue para ella un excelente entrenamiento para escribir luego sus propios cuentos, al darse cuenta de que en algunos de sus relatos de fanfic había creado un personaje que merecía su propia historia. Es autora de poemas y de prosa narrativa. En 2017 publicó su novela La maldición del séptimo invierno.
Siempre nos quedamos con saber más… Muy bueno…
Muchas gracias… Esperaré el próximo… Con mucha ansias de saber que pasa…
Tanto tiempo leer y no me aburro de leer te gracias por compartir
Así muchos tenemos temores ,miedos por que podemos ver y sentir las malas intensiones
Me encantó ya que me siento identificada con algunos episodios de mi niñez.