Poeta pobre. Leticia Herrera

Poeta pobre

 

 

Por Leticia Herrera

 

 

ayer me buscaba la policía de la escuela

que por haber faltado a los deberes

y sí

            falté

lo confieso

 

a veces me llueve y a veces me llovizna

en esta ocasión fue el ventarrón

que al alba me anunció una herencia:

el árbol del vecino

lucía ya sin su rumor de pájaros

tendido en mi patio

            tan sin vida

y hube de acompañarlo en las exequias

 

cuando eres poeta y pobre

te toca hacer de todo

lavar la ropa los domingos

correr al súper        contestar llamadas

espantar merolicos y ladronzuelos

sacar la basura a medianoche

pasar la escoba por los cuartos

escombrar la recámara y la sala

buscar las ofertas de cerveza

también despedir a los árboles

de su rumorosa fronda

tocarles los brotes y las hojas

(que el asombro vuelve esmeraldas

antes de lanzar su grito al amarillo)

 

mi vida no es glamorosa

(y huelga que lo diga)

no me dicen maestra en los eventos

cuando acudo a la ceremonia del verso

en cualquier país remoto

donde haga falta con urgencia

la esperanza del canto

 

tejo y destejo las rutas

que me protegen del invierno

me salgo a caminar al sol del mundo

porque me es menester alimentar los ojos

de llanuras

cerros

mares

lagos que adormezcan

el cascabel del miedo

de voces y risas que se crecen al llanto

y con la cizaña se hacen chambritas

 

no sé de condolencias

que de todo yo sé tan poco

pero siempre estoy abierta

a las malas conductas

qué otra cosa podría quedarme

en la indigencia sino decir que no

y decirlo tanto como precisen los grilletes

no no no no no no

 

pero mañana debo reportarme sin más

con la policía escolar y convencerla

de que la muerte de un árbol es motivo

de sobresalto          de abismal tristeza

y que además tenía que sacarlo a la banqueta

mutilado

porque soy el departamento de limpia

de ornato y forestación

de compras

ventas

estibadora

institutriz de gatos

chef de los frijoles y el arroz

y unos cuantos oficios más

que ya no me caben en el pliego

 

 

 

 

Leticia Herrera poeta, promotora cultural, editora, maestra universitaria, ha publicado una selva de libros, entre ellos: Pago por ver (1984), Canto del águila (1985), Poemas para llorar (1993), Caracol de tierra (1996), Vivir es imposible (2000), Hace falta que llueva (2002), Poemas incompletos 1984 – 2006 (2006), Solo digan que fui (2011), Celebración del vértigo (2011), Palabras roncas (2016) y Poemas escogidos (2019). La Universidad Autónoma de Nuevo León le entregó el Premio de las Artes 2011. Es directora de Ediciones Caletita.

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