7. Familia… parte 2. Almudena Cosgaya

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Dintel de Almudena

  1. Familia… parte 2

 

 

Por Almudena Cosgaya

 

 

—Escucha bien lo que te voy a contar —susurró Paulina con una mirada sombría—. La mujer de la que hablas es mi hermana mayor, pero no es una simple mortal. Ella es una guardiana de los mundos y las realidades, una entidad oscura que ha estado acechando en las sombras, esperando pacientemente el momento adecuado para entregarte un dije que cambiará tu vida para siempre.

Sus ojos se llenaron de un brillo siniestro mientras continuaba hablando, su voz casi inaudible por la intensidad de las palabras.

—No te dejes engañar por su apariencia humana, su verdadera naturaleza es mucho más oscura y peligrosa de lo que puedas imaginar. Ella es la encargada de mantener el equilibrio entre los mundos, pero a un costo muy alto. Ese dije es un objeto maldito, imbuido con el poder de abrir puertas en lugares que deberían permanecer cerrados. Puedo sentir su energía; sin embargo, creo que te lo entregó por algo que ha visto. Te advierto que, al usarlo, nada volverá a ser igual. La oscuridad te perseguirá dondequiera que vayas, y te verás atrapada en una espiral de locura y desesperación.

Paola se estremeció ante la escalofriante revelación de Paulina. Un sudor frío se apoderó de su cuerpo mientras las palabras de su tía resonaban en su mente como un eco. La joven dudaba si debía usar el dije o no, pero su curiosidad y necesidad de respuestas la empujaban hacia delante.

Desde hacía tiempo, Paola había notado cambios extraños en su vida. Amenazantes sueños la atormentaban cada noche, despertando en ella un miedo profundo y la repentina fuerza sobrehumana, sin dejar de lado sensación de hambre y sed. Pero también estaban las voces que la acechaban en las sombras, y por último aquella mordida.

—¿Qué es lo que está pasando conmigo? —se preguntó Paola, mientras su corazón latía con fuerza—, ¿Qué es lo que este dije puede revelarme?

La respuesta estaba clara, el dije era una puerta a lo desconocido, un objeto que había sido creado en la oscuridad más profunda, y que ahora estaba en sus manos. Paola sabía que, si lo aceptaba, su vida cambiaría para siempre, y no precisamente de la forma que ella deseaba.

Un escalofrío recorrió su espalda, mientras una voz gutural le susurraba al oído. «No lo hagas, no te arriesgues». Pero el deseo de conocer la verdad era demasiado fuerte. Por fin, Paola se decidió y tomó el dije.

Paulina miró fijamente a los ojos de Paola, una expresión de duda y temor en su rostro. La joven había decidido usar el dije, y ahora Paulina sabía que no había vuelta atrás.

—Antes de que te adentres en ese mundo desconocido, debes saber la verdad —dijo Paulina con un tono serio, como si estuviera a punto de revelar un secreto profundo y oscuro—. Lo que te voy a decir te cambiará para siempre.

Paola se sintió nerviosa, sabía que lo que iba a escuchar no sería agradable, pero su necesidad de respuestas era más fuerte que su miedo. Así que asintió en silencio, dándole permiso a Paulina para continuar.

—Mi hermana, igual que yo, era una bruja de gran poder. Pero a diferencia de mí, ella tenía un carácter fuerte y un corazón rebelde. Se enamoró de un mortal y decidió abandonar nuestra familia, dejando atrás su magia y todo lo que ella era. Pero cuando se dio cuenta de que vendrías, querida Paola, su amor por ti la llevó a hacer algo peligroso.

Paulina hizo una pausa, como si estuviera eligiendo cuidadosamente las palabras para continuar.

—Tu madre, con la ayuda de tu padre, creó un hechizo para protegerte de los peligros de nuestro mundo, pero ese hechizo tuvo un precio. Los seres que habitan las diferentes realidades se percataron del encantamiento y un enfrentamiento comenzó. Tus padres huían constantemente, pero un día fueron atacados por sorpresa justo antes de que nacieras. Una manada de hombres lobo los hirió… a pesar de la protección que tenías, la maldición de la luna te alcanzó. Aunque naciste humana, sin una gota de magia, tus padres sabían que sería cuestión de tiempo para que algo los atacará nuevamente. Sacrificaron su vida contigo para asegurarse de que estarías a salvo. Fue un acto desesperado, un último recurso para proteger lo que más amaban en el mundo.

Paola se quedó sin aliento, la tristeza la invadió al pensar en sus padres, que había dado todo por ella. Pero también sintió una profunda gratitud.

—Te dejaron con tu madrina, la prima de tu padre, para que vivieras tu humanidad. Mi querida Paola, ellos deseaban lo mejor; sin embargo, la maldición de la luna empezó a despertar en ti y ahora, algo más te ha atacado— dijo Paulina señalando el cuello de la joven.

Paola se quedó boquiabierta, la información era demasiado difícil de digerir.

—Este dije es una parte importante de la protección que tu madre creó para ti. Y si mi otra hermana, Airam, te lo entregó, es por algo muy importe y que solo tú debes descubrirlo— continuó Paulina, señalando el objeto en la mano de Paola—. Pero también es una puerta hacia su mundo. Si lo usas, puedes encontrarte con cosas que jamás imaginaste, tanto buenas como malas. Pero debes estar preparada para lo que puedas encontrar, porque en ese mundo no hay garantías.

Paola se sintió aturdida, pero a la vez intrigada. ¿Qué secretos ocultaba ese mundo desconocido? ¿Qué misterios había detrás de la protección de su madre? La curiosidad y la necesidad de respuestas la llevaron a aceptar utilizar el dije.

—Estoy lista. —dijo Paola, tomando la mano de su tía.

Juntas, se sentaron frente a la esfera de luz. La energía brillante y cegadora envolvió el cuerpo de Paola, llenándola de un poder que nunca había sentido antes. Cerró los ojos. En su mente escuchó la voz de su madre una última vez. «Te amo hija, siempre te amaré».

De inmediato sintió que algo se apoderaba de ella. Una energía oscura la invadió, llenándola de miedo. Su mente se llenó de imágenes grotescas y alucinantes, y el mundo que la rodeaba se volvió borroso y distorsionado.

—¿Qué has hecho? —gritó Paola, mientras su cuerpo temblaba con violencia.

—Has empezado a cruzar la línea, no hay vuelta atrás —respondió Paulina con una sonrisa siniestra—. Has abierto la puerta a la oscuridad, y ahora ella te reclama como suya. Cuando estés ahí, busca a mi hermana Airam…

—¡No me dejes…! —gritó Paola.

 

Continuará.

 

 

 

 

Almudena Cosgaya descubrió su gusto por las historias desde niña; hacía fanfics de relatos ajenos, lo cual fue para ella un excelente entrenamiento para escribir luego sus propios cuentos, al darse cuenta de que en algunos de sus relatos de fanfic había creado un personaje que merecía su propia historia. Es autora de poemas y de prosa narrativa. En 2017 publicó su novela La maldición del séptimo invierno.

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