Una mala
Por Jaime González Crispín
Ayer atropellé a dos chavos que iban en moto. No me fijé al echarme en reversa y los arrollé. Un guardia del Estacionamiento del centro comercial donde fueron los hechos y que vio todo, fue hasta mi ventanilla de conductor. Luego se nos unió otro vigilante y juntos fuimos y revisamos por encima a los dos chavos. Uno se quejaba, riendo, mostrando su encía donde faltaba al menos un diente. El otro sólo reía, con su nariz roja de sangre, como sus ojos.
—Váyase —me dijo uno de los guardias vigilantes—, yo arreglo esto con Tránsito, si viene.
Y yo, muy atento, maniobré y ¡fuga!, agarré por avenida Domingo Arrieta.
Y tenía que ser hoy, Día de Santos Inocentes.
(Ahora sí que estoy jodido. Si antes era solo una perra la que cuidaba mi insomnio, ahora serán dos).
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Jaime González Crispín es profesor, por la Escuela Normal de Durango, con grado de Iicenciatura. También estudió en el Taller de Escritura Narrativa, en la Universidad Juárez del Estado de Durango y en el Taller Levriano de Escritura, Querétaro. Ha publicado los libros de cuentos Matemos al cura, Alambre de Púas y Trece veces por minuto. Están inéditos sus novelas Eva Gorrión, o la monja que mató a su hermana y Casi quince, además de su libro de cuentos El mal samaritano.