Yo opino/ la columna de Aracely
Mi verdad sobre El último rey
Por Aracely Sánchez Ruiz
En mi humilde opinión, la serie sobre la vida de Vicente Fernández producida por Juan Osorio, que transmitió Televisa en dos temporadas (14 al 25 de marzo y 16 de mayo al 10 de junio), dejó mucho que desear.
Sí, ya sé que es historia antigua, pero no me atreví a publicar este ensayo en su momento y ahora que me invitaron a escribir una columna, pues lo saqué del baúl de los recuerdos y vamos a probar, a ver qué sale.
No sé de asuntos técnicos de producción, de eso no tengo nada que decir, seguramente está hecha con la calidad que requiere una bioserie como esta, pero hay muchos otros detalles que ni cómo ayudarles.
Lo más rescatable ‒yo diría que lo único‒ es la actuación de Pablo Montero, que retrató perfectamente al Charro de Huentitán, se metió tanto en el papel que hasta en entrevistas posteriores salieron a relucir su manera de hablar, de caminar, de reír, etcétera. Es más, ¿lo vieron en un comercial de refresco? Ese no era Pablo, era el mismísimo Chente.
Todo lo contrario de Salvador Sánchez, que siendo el primer actor que es, interpretó magistralmente a… un macho cualquiera, pero no a Vicente Fernández. No tuvo un solo gesto, un ademán, una entonación, un matiz, ni siquiera se caracterizó, simplemente se vistió igual.
Y qué decir de Angélica Aragón, otra primera actriz desperdiciada en un personaje ficticio que se sacaron de la manga para aderezar la historia, pero más que periodista parecía una inquisidora que se creía dueña de la verdad absoluta, juzgando al protagonista y pretendiendo indicarle lo que debía o no hacer. Ah, pero eso sí, encabezando los créditos.
Por otro lado, nunca he oído hablar a la verdadera Cuquita, pero ¿acaso no les sonó exagerado el tonito ranchero que le dieron las tres actrices ‒Jade Fraser, Iliana Fox y Paloma Woolrich‒ que la personificaron en sendas etapas de la historia?
En cuanto a las escenas y los diálogos, sonaron a veces cursis y hasta ridículos, usando frases de canciones “metidas con calzador”, como cuando Vicente le dice a Patricia “que te vaya bonito”, luego de que ella intentó suicidarse cuando él le dijo que su prioridad era la familia. O cuando Cuquita le gritó a Vicente en el hospital: “no te vayas sin decirme que me amas”, ¡huy, qué dramón!
Y lo más jalado de los pelos, diría… no me acuerdo quién, fue la escena donde Vicente se reencuentra con su madre al fallecer. Resulta inverosímil que la haya hecho Pablo Montero, porque no es él el que muere en la historia, no a esa edad, ¿me explico? Era Salvador Sánchez quien debería de haber grabado esa escena, ¿no creen?
Y hay otras pifias, que más adelante les platico.
Aracely Sánchez Ruiz es licenciada en relaciones industriales egresada del Instituto Tecnológico de Chihuahua, trabajó 18 años en El Heraldo de Chihuahua, donde inició como correctora y los últimos doce años como reportera de la sección de espectáculos y cultura. Actualmente escribe notas y comentarios en Facebook.