Algo no está bien… Almudena Cosgaya

Dintel de Almudena

4. Algo no está bien…

 

 

Por Almudena Cosgaya

 

 

Paola corrió. Escapaba de algo o de alguien. Sentía que la velocidad se incrementaba y viento golpeaba su cara. Entonces saltó, y sus pies abandonaron el suelo por mucho tiempo.

¿Volaba?

Miró hacia abajo. Ya no estaba en la ciudad, era el campo. Colinas verdes salieron a su encuentro y esquivo varios árboles para no chocar con ellos.

Se sentía poderosa. El mundo podría estar a sus pies, con solo desearlo.

El sol brillaba en lo alto cuando detuvo sus pasos. Aquel paraje le resultaba familiar. Había estado ahí antes, en su niñez y junto a sus padres, e incluso sus abuelos.

Se giró con espanto cuando una inmensa puerta medieval se abrió. Aún así, no dudo. Entró a una iglesia, caminó por un oscuro pasillo que tenía antorchas encendidas a los lados.

¿Era un sueño?

—No te he visto participar en la eucaristía hace mucho tiempo —dijo, sonriendo un amable sacerdote—. ¿Te has sentido bien últimamente?

Paola asumió que el padre podía leer dentro de su alma oscura y que había detectado algún espantoso pecado.

—He lastimado a mi prójimo y me sentí bien. Deseaba ver la sangre y probarla. En verdad… soy un monstruo.

—¡Calma, hija! —la interrumpió el padre—. La misericordia es infinita y el señor te espera a que vayas a él.

—Lo peor de todo es que no me arrepiento.

—¿Qué dices?

—Es así, padre. Aunque esté consciente de mis culpas, no me siento mal. Ellos lo merecían y creo que hasta lo agradezco, algo dentro de mi despierta. Y con ello, la sed.

El padre la miró y su rostro se llenó de miedo.

—No te comprendo, hija.

—Padre, ya que no puede absolverme… al menos podría alimentarme.

Se escuchó un aullido de dolor, desgargante.

 

Paola despertó bañada en sudor, con los ojos exorbitados y la respiración entrecortada. Tardo algunos minutos en enfocarse y darse cuenta de que todo parecía sueño, excepto las manchas de sangre en su boca.

 

Continuará.

 

 

 

 

Almudena Cosgaya descubrió su gusto por las historias desde niña; hacía fanfics de relatos ajenos, lo cual fue para ella un excelente entrenamiento para escribir luego sus propios cuentos, al darse cuenta de que en algunos de sus relatos de fanfic había creado un personaje que merecía su propia historia. Es autora de poemas y de prosa narrativa. En 2017 publicó su novela La maldición del séptimo invierno.