La versatilidad cronística de Jesús Chávez Marín en su texto Te amo Alejandra. José Antonio García Pérez

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La versatilidad cronística de Jesús Chávez Marín en su texto Te amo Alejandra

 

 

Por José Antonio García Pérez

 

 

Buenas tardes, agradezco la invitación por parte de la Secretaría de Cultura y de mi amigo y colega Jesús Chávez Marín para comentar la tercera edición de su texto Te amo Alejandra, mismo que se viene leyendo desde 1995, posteriormente logró una reimpresión en 1998, una segunda edición en el 2010 y esta que tenemos ahora. Con todas estas versiones, lo que se mantiene con una frescura nostálgica es justamente la remembranza de lo cotidiano que es lo que caracteriza a la crónica.

Quiero empezar presentando este género periodístico, que es el único que se permite deambular entre los hechos ocurridos y su interpretación, lo que le permite al periodista añadir subjetividad en esas historias, que como dice la definición de crónica, cito: “La crónica: es el relato pormenorizado, secuencial y oportuno de los acontecimientos de interés colectivo. Se ocupa de narrar cómo sucedió un determinado hecho, recrea la atmósfera en que se producen los hechos públicos”.

De esta manera, que no deja ser periodística y que aporta también a la historia de nuestra ciudad, el autor muestra su habilidad narrativa transitando de un tipo de crónica otro. Me explico. En su experiencia como cronista, Chávez Marín emplea diversos tipos de crónica, para lo cual me permití primero dar una breve descripción de cada tipo de crónica y, de acuerdo al título de mi participación, mostrar que Chávez Marín utiliza varios tipos. Así pues, existen varios tipos de crónica:

Crónica informativa: Su finalidad es dar a conocer un suceso trascendente para una nación o comunidad, como en las crónicas: Villa contra los caterpillars, Embajadores de alta cultura y La guerra de los pobres.

Cito un fragmento de Villa contra los caterpillars: “Pues ahora resulta que hasta la estatua ecuestre del General Francisco Villa quieren hacerla a un lado para que pasen más trocas y carros. Intentan meter a Pancho Villa con todo y su caballo Siete Leguas en una biblioteca triste, allí junto a los historiadores de a peso que investigan la historia dormida de nuestro pasado y le sacan copia fotostática” Fin de cita (Chávez, 2020, 42)

Crónica opinativa:  Es el relato de un suceso presenciado o reconstruido por el reportero, su principal característica es que contiene una mayor carga opinativa, no se propone únicamente informar, sino informa y opina a la vez, como en las crónicas: Elegía para Ezequiel, Alejandra, La venida de Alejandra Guzmán y Cuatro kilos de rimas en un portafolios.

A continuación, un fragmento de Elegía para Ezequiel, cito:

“Murió Ezequiel Martínez, un hombre cabal. De oficio fue velador del Ferrocarril Chihuahua al Pacífico y era un gran caminante: conocía esta ciudad como al rostro bello de su amada Guadalupe Marín, pues jamás usó otro medio de transporte que sus piernas ágiles y fuertes. Por eso descubrió los secretos de la noche y gozó los colores de la luz”

“Aunque no dejó textos escritos, Ezequiel era un poeta. Como hombre de profunda libertad su historia podría contarse en el fulgor de un poema japonés: Ezequiel Mar camina por las calles de su memoria” Fin de cita (Chávez, 202,43-44)

Crónica interpretativa: Es un relato subjetivo, más que informativo, el cronista toma la realidad como punto de referencia para interpretar los fenómenos sociales, como en las crónicas: Las calles de los poetas, Dos cortesanas, El show de los animales tristes, La depre y los contaminantes, Los comunistas regresamos y La acción de los violentos.

A continuación, un fragmento de la crónica El show de los animales tristes, cito:

“Ya para entonces los niños están de lleno en el viaje de su confusa tristeza. No quisieron retratarse en el intermedio ni con los elefantes ni con los changos dóciles. se tragaron las palomitas y la cocacola más por nerviosismo que por placer, ya quieren irse, la gran carpa de lona es irrespirable. Jamás olvidarán que ese día conocieron el oprobioso espectáculo de la tortura, la humillada torpeza de los payasos y la melancolía de la mirada de los monos (que alguno de ellos fue retratado por José Juan Tablada con ese haikú mexicano: el mono me mira, quisiera decirme algo, que se le olvida). En la foto que les tomaron aparecen, los niños, al lado de sus lindas madres, sentados en las temblorosas tablas de gradería con sus rostros levemente marcados, para siempre, por su primera historia de circo” Fin de cita /Chávez, 2020, 56-57).

Crónica costumbrista: Posee un lenguaje picaresco y picante, a la vez tratando de esbozar una crítica social, como en las crónicas: Chulas fronteras del norte, Ajos y cebollas, Modelos exclusivos primavera/verano y Embajadores de la alta cultura.

Un fragmento de Ajos y Cebollas: “Una mesera llamada Paty, quien se viste con una blusa estampada con retratos de Winnie Puh, se afana en atender a todos, diligente acarrea litros de café, vino blanco, cervezas Negra Modelo y bocadillos serranos. Al abrir la puerta entra uno muy destanteado, hay que brincar el cable de una grabadora en acción, caen al piso unos lentes oscuros que estaban sobre una mesa. Apenado levanto del suelo esos anteojos, no se rompieron (menos mal), respondo confuso a las frases amistosas pásale, mira él es Ricardo Yáñez poeta que bien de México encantado buenas noches jala una silla siéntate” Fin de cita. Me llama la atención la capacidad de observación y retención de pequeños detalles de la que siempre hace demostración nuestro autor en comento.

Crónica literaria: Refiere a hechos reales donde el escritor aporta su visión y su toque literario personal. El lenguaje utilizado se avoca más al poético o literario que al periodístico. Desde mi punto de vista, todas las crónicas de este libro tienen ese sello característico de la crónica literaria.

Crónica autobiográfica: El autor es el propio cronista de su historia. Es una de las más ricas por la confluencia de aspectos de todos los tipos de crónica.

Y justo es señalar que así como la crónica tiene el propósito de contarnos cómo sucedieron los hechos, también, Jesús Chávez nos cuenta cómo eran las personas, lo que me motiva a aventurarme en señalar que se trata de una tipo de crónica que llamaría crónica de semblanza, como la que dedica a Jesús Vargas, en la crónica titulada: Jesús Vargas en busca de la escritora perdida, en un claro guiño a la saga de Indiana Jones como en la película: Indiana Jones, en busca del templo perdido, donde se nota el símil entre el doctor en antropología y aventurero Indiana Jones y el maestrísimo Jesús Vargas, como se muestra en el siguiente fragmento, cito:

“Jesús Vargas es un historiador que se viste con Levi´s nuevecitos, camisa texana, chaleco de piel, lleva el pelo largo y despeinado al estilo Albert Einstein, barba montaraz, sonrisa juvenil y lentes de John Lennon: hagan de cuenta Indiana Jones quince minutos después de doctorarse en una universidad inglesa de algún pueblito de primer mundo” Fin de cita. (Chávez, 2020,49)

También en este mismo tipo de crónica de semblanza nos brinda la que dedicó a Nacho Guerrero en Las ciudades de Nacho Guerrero, cito:

“Nacho Guerrero mira desde el lente de su cámara ángulos del mundo que los demás no conocíamos. Gracias a sus fotos hemos descubierto esas imágenes de luz nueva, esas sombras extrañas…” Fin dita. (Chávez, 2020,84)

Más adelante, Chávez nos dice de Nacho Guerrero, cito:

“Pocas personas conocen a la ciudad de Chihuahua como Nacho la conoce. En su prodigiosa memoria de imágenes están guardados todos los rincones, todas las calles, todas las vidrieras, las ventanas, los letreros, los semáforos de todos los días. Por su cámara fotográfica también han entrado junto con la luz, una multitud de personas, A Nacho lo conoce todo mundo en Chihuahua: es el retratista cuidadoso y artesano que todos queremos invitar a nuestra casa, a nuestra boda, a nuestra noche de debut.” Fin de cita (Chávez, 2020,84).

En esta misma tónica de las semblanzas, Chávez Marín nos describe en breves palabras a las personalidades del mundo del arte y la cultura, como Jesús Gardea, Sergio Galindo, Jaime Labastida, Micaela Solís, Rosario Sanmiguel, Ysla Campbell, Rogelio Treviño, Rubén Mejia, Rafael Ramírez Heredia, Mario Arnal, Alfredo Espinosa, Edmundo Valadez, Paco Ignacio Taibo II, Ricardo Yáñez, Leticia Santiesteban, Federico Márquez, Óscar Robles, Fernando Saavedra, Enrique Hernández Soto, Víctor Hugo Rascón Banda, Jesús Vargas, Laura Lee, Mario Humberto Chávez, Conchita Landa, Panchito Ontiveros, Benjamín Domínguez, Gonzalo Martínez, el Comandante Marcos, Jaime García Chávez, Antonio Becerra, Raúl Sánchez Trillo, Nacho Guerrero, Luis Donaldo Colosio y Mario Aburto Martínez, entre muchos otros más.

 

Conclusión

En esta nueva edición de Te amo Alejandra, de Jesús Chávez Marín el lector se encontrará y disfrutará de las diferentes miradas y estilos que hay en los tipos de crónicas, pues el autor sabe conjugar de manera sencilla, clara y contundente, aderezada con términos coloquiales, introduciendo sarcasmos, ironías y denuncias del modo de vida de los chihuahuenses, todo ello como fruto de su gran capacidad de observación y memoria fotográfica que dan vida al mundo cultural y artístico, que es el  mundo de sus crónicas. Igualmente dando vida con unas breves pinceladas escritas de personalidades que se han distinguido en el mundo de la cultura y de las artes aquí en nuestra ciudad capital.

No me queda más que reiterar la invitación a que compren y disfruten de estas sabrosas crónicas que son como pequeños túneles que nos llevan al pasado de nuestra entidad.

Gracias por su atención.

 

Dr. José Antonio García Pérez

Chihuahua, Chihuahua, 18 de mayo de 2022

 

 

 

 

José Antonio García Pérez fue el primer autor de Chihuahua que escribió un libro de haikú, lo publicó la UACH, se llama Haikú: Bonsai de poesía. También uno de narrativa: Textiario: cuentos para entretener a la bestia que llevamos dentro. Es toda su vida profesor de literatura en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Chihuahua, donde también fue director. Es licenciado en letras españolas y doctor en literatura.

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