los martes
Del manantial de su recuerdo
Por Arturo Aldama López
La encontraba por todos lados, en la rima de un poema o en el final de una sinfonía, en los enredos de una novela, o en el relato de un cuento. Las canciones hablaban de ella, surgía su presencia de melodía en melodía, en las canciones de amor, en los nocturnos de Chopin, o en José Alfredo Jiménez. Para mi ella era ritmo, coreografía, aroma y sabor, era mi salvación y mi perdición.
Ella fue lo alcanzable y lo inalcanzable, lo cercano y lo lejano, mi escalera al cielo. Un día se fue sin decir adiós, yo nunca entendí por qué lo hizo, jamás me dio una explicación, así se fueron pasando días y noches, las hojas del calendario se fueron acumulando, ya no supe más de ella.
La busqué debajo de las piedras, detrás de las estrellas, en el fondo de los helados mares, en las altas cimas de los volcanes. Nunca la volví a ver, se la tragó la tierra, o el mar, pero más que todo se la fue tragando el tiempo.
Ahora que ya estoy viejo, cuando veo los atardeceres, mientras el sol se pierde detrás de las montañas, su imagen navega frente a mí arrastrada por un caudal de lágrimas que brotan del manantial de su recuerdo.
San Antonio Texas, mayo 2022
Gastón Arturo Aldama López cursó estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Es egresado de una infinidad de conciertos de las salas del Palacio de Bellas, la sala Netzahualcoyotl, y gran amigo de notables compositores y melómanos. Actualmente vive con Mariane y sus dos hijos, surca los aires con orgullo y gusto como sobrecargo en American Airlines.