Un aullido de otros en el eco. Adriana Quiñónez Carlos

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Un aullido de otros en el eco

 

 

Por Adriana Quiñónez Carlos

 

 

No tengo que darle explicaciones a nadie. Algunos me juzgan si me ven reír o porque salgo con mis amigas. Si me emborracho un martes, o no salgo de mi casa en tres días.

Paso días enteros sin dormir, sin conciliar el sueño hasta las cinco de la mañana y solo escucho:

Échale ganas.

Deberías conseguir un trabajo.

Aliviánate.

No nací sabiendo ser mamá, menos una mamá que pierde a su hija. No tengo cabeza para pensar o querer algo más que no sea Ana Paula. Lo que más amaba en esta vida. Los que me conocen saben que yo vivía para Ana Pau. No me queda nada, perdí a mi hija, perdí a mi familia, perdí mi hogar y no les basta eso como para todavía juzgarme e inventarse historias.

No se vale.

Si no me quito la vida es porque aún tengo esperanza, porque quiero saber para qué chingados me quede en este mundo sin mi hija, sin perrito hermoso. Pero créanme, no hay díaen que no le diga: Perri, ya ven por mí, no tardes.

“Es que te ves tan bien”. Pues sí, es Facebook. ¿Saben cuántas lágrimas me trago para no incomodar a la gente? ¿Quieren que les ponga fotos de todas las veces que lloro al día?

De la rabia y la desesperación que siento al pensar que ya nunca la voy a volver a ver. Solo les digo algo, ya nada me va a destruir. Ya nada va ser peor que haberle cerrado los ojitos a mi niña.

Voy a continuar mi vida como yo quiera y al ritmo que yo quiera. Si me equivoco no me importa. Ya no tengo a nadie, solo me tengo a mí. Sé que voy a renacer, sé que voy a salir adelante porque más jodida no puedo estar. Voy a vivir como yo quiera, voy a vivir mi duelo como yo quiera, los años que sean necesarios, mi vida entera.

Ya me di cuenta de que a la gente le gusta verte hundida, tenerte lástima y lastimarte. Y yo con todo y mi dolor más profundo, con mi corazón hecho pedazos, les digo que mi corazón aún florece. Yo aún brillo, sonrió y me da risa, pero eso le molesta a algunos, hasta siento que les da envidia, coraje, no sé.

¿Pero saben que? Ese es su problema, yo ya tengo suficiente. Así que échale ganas tú y sé más humano, más empático. A mí solo me queda darle gracias a Dios y al Universo por llenarme de bendiciones después de ti, después de tu partida, perrito mío. Yo solo intento honrar tu memoria lo mejor que puedo.

 

 

 

 

Adriana Quiñónez Carlos. De 2005 a 2018 trabajó en la Secretaría de Hacienda de Gobierno del Estado de Chihuahua, en el área administrativa de la Dirección de Contabilidad. A la par con su labor pública, en 2008 fundó la empresa de pasteles y repostería Bake Me Happy, la cual sigue operando hasta la fecha. Nana define el ser mamá de Ana Pau como el mayor y más importante de sus roles en la vida.

2 comentarios en «Un aullido de otros en el eco. Adriana Quiñónez Carlos»

  1. Adriana, no tengo palabras para expresarte la admiración tan grande que siento por ti, sólo puedo decirte que aún con tu dolor estar dando explicaciones a quien no merece más que tu desperdicio, te hace aún más grande, vive tu vida como tu lo decidas y disfrútala porque por algo Dios te quiere aquí, te quiero mucho!!

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