Foto Pedro Chacón
El paraíso
Por Karly S. Aguirre y Jesús Chávez Marín
La semana pasada mi primo Saúl me contó algo que me cambió la vida. Le conté mi preocupación de que mi hija Lolis no tiene novio y de que no quiero que se le pase el tren, y ya cumplió los 35.
―No es justo. Los hombres son fértiles toda su vida y en cambio nosotras tenemos el tiempo contado ―le dije como llorando en su hombro.
―Es cierto, prima, pero se te pasa un detalle: llega un momento en el que ya no nos funciona. Además, tenemos el riesgo de sacar hijos dawn, por el bajo conteo de esperma.
―¡No me digas! ―agregué sorprendida, haciéndome que la Virgen me habla. Él siguió con su rollo:
―Además las mujeres con la edad sienten más placer que los batos, por una razón muy sencilla: el clítoris es como la nariz y las orejas, jamás deja de crecer.
«¡Que qué!», pensé, tratando de que no se me notaran los signos de admiración en la cara, aunque no pude evitar ponerme colorada colorada. Como no queriendo la cosa, quise saber más del tema
―¿Pero cómo? ―pregunté.
―Tal como lo oyes ―dijo él, tomándose muy tranquilo su café negro.
Le creí a ciegas, ni siquiera me molesté en buscar alguna información que me lo confirmara, pues él es un científico hecho y derecho.
―Oye, Saúl, ¿y si comprobamos lo que acabas de enseñarme? ―maullé con ese tono irresistible que él conoce de sobra. ―Ándale, ¿sí? Como en los viejos tiempos.
―Okey.
Fue todo lo que dijo. En silencio pagamos la cuenta y nos fuimos derechito en mi carro hacia los bonitos jardines de El Paraíso motel.
Karla Ivonne Sánchez Aguirre estudió en el bachillerato de artes y humanidades Cedart David Alfaro Siqueiros, donde estuvo en el especifico de literatura. Actualmente estudia letras españolas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UACH y publica cuentos en redes sociales.
Jesús Chávez Marín es editor de Estilo Mápula revista de literatura.