Después de vejez… Jaime González Crispín

Después de vejez…

 

 

Por Jaime González Crispín

 

 

Me queda claro que ha sido por cosas de la edad, el frío y los mosquitos, que he dejado de escribir en el jardín. Pero creo que es más por lo primero.

En el jardín vecino dejé el aroma de los geranios y del pasto verde recién cortado. Me mudé, repito. Ahora escribo de nuevo dentro de la casa, en una mesa cercana a la chimenea que no conoce leño encendido. Acá tomo café, bendito café. Es acá donde fumo mariguana, bendita mariguana.

Pero sigo extrañando los cantos suaves de mi vecina. Voz de gato, como de papel de colores, que no respetaba fronteras y llegaba hasta mí, así fueran las rimas bobas de un mamarracho al que, después supe, le llaman Arjona. Y al gato ese que, meneando la cola me saludaba, yendo en perfecto equilibrio sobre el bajo muro que marca la frontera de nuestros patios, el de la vecina y el mío, más de ella que mío.

Lo que más extraño es la vista del cable, del tendedero, el cordón ese que Susana, así se llama ella, mi joven vecina, emplea para colgar al sol su ropa íntima, esa ropa breve que me “invita a conocerla” como dijera un poeta español. La edad me ha vuelto un degenerado, lo reconozco. ¿O cómo explicar que me quede horas viendo sus diminutas prendas? ¿Cómo entender mi acción de ladrón enfermo cuando he ido al cordel y he arrancado ya un par de sus lindas bragas y una tercia de sostenes? Unas por breves, las tangas; los otros por generosos.

Un día de estos volveré hasta donde cuelga el cordón y arrancaré otras prendas más. Así de torcido me he estado poniendo.

Tal vez sea por la edad.

Por la edad y por el frío.

O por la edad, el frío, los mosquitos y la mariguana.

 

Más historias en

ojosparaleer.blogspot.com

 

 

 

 

Jaime González Crispín es profesor, por la Escuela Normal de Durango, con grado de Iicenciatura. También estudió en el Taller de Escritura Narrativa, en la Universidad Juárez del Estado de Durango y en el Taller Levriano de Escritura, Querétaro. Ha publicado los libros de cuentos Matemos al curaAlambre de Púas y Trece veces por minuto. Están inéditos sus novelas Eva Gorrión, o la monja que mató a su hermana y Casi quince, además de su libro de cuentos El mal samaritano.

Deja un comentario