Lección 4. Los signos de puntuación: los dos puntos. JChM

Foto Pedro Chacón

Lección 4

 

 

Los signos de puntuación: los dos puntos

 

 

Por Jesús Chávez Marín

 

 

Los dos puntos

 

Se emplean en estos casos:

a). Para indicar que se inicia una enumeración.

Ejemplo:

Tres zonas turísticas destacan en el Mediterráneo español: la Costa Brava, las Baleares y la Costa del Sol.

 

b). Para indicar que se inicia una cita.

Ejemplo:

En su lecho de muerte, Disraeli corregía las pruebas del último discurso que había pronunciado en el parlamento y dijo: “No quiero pasar a la posteridad hablando con incorrección gramatical”.

 

c). Para saludar y exponer

Ejemplos:

Distinguido señor: le agradeceré…

Dispongo: que el próximo domingo…

 

ch). Para abrir paso a una aclaración, un resumen o una justificación.

Ejemplos:

Llamó a los amigos, suplicó a los parientes, removió cielo y tierra, pero a la larga todo fue inútil: nadie le compadecía.

No pude venir: estaba cansado.

 

Este empleo de los dos puntos es muy interesante: suele dar más claridad y energía a la expresión. Observe que si decimos “No pude venir porque estaba cansado” este porque acentúa la causa de la ausencia y, por consiguiente, da a la frase un matiz menos intenso, como de excusa. En cambio, si adoptamos la solución “no pude venir: estaba cansado” la respuesta es más rotunda, y puede incluir un cierto desprecio por la reacción de nuestro interlocutor, en este caso no nos importa mucho que considere satisfactoria la razón que esgrimimos.

(Aquí termina la lección de los dos puntos).

 

*

 

Sugerencias sobre los signos que acabamos de examinar en las lecciones 1, 2 y 3.

Primera:

Si una frase se alarga o complica demasiado, descompóngala en sus dos o tres partes naturales y separe estas partes por puntos. Los puntos y comas también permiten conseguir este mismo resultado.

Segunda:

Desde el punto de vista de técnica de puntuación, siempre que emplee un punto, puede usted emplear un punto y coma, y al revés.

Tercera:

Hemos visto que las comas y los puntos tienen aplicaciones muy concretas. En cambio, el uso del punto y la coma es más libre y discrecional. Por ello le sugiero que se acostumbre usted a emplear un cierto número de estos signos, porque en ellos descansan ciertos matices de la personalidad de quien escribe.

 

JChM Taller Literario, abril 1984

 

 

 

 

Jesús Chávez Marín es editor de Estilo Mápula revista de literatura.

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