Angulo recto
Por Jaime Chavira Ornelas
Los sueños de los seres sin refugio
se escapan entre las calles solitarias,
seres sin fuerzas para digerir
las migajas de su fatiga.
Cansados de sentirse vivos
suspiran por el mañana sin futuro
sin espacio
sin resplandor.
Resisten el viento viciado
la justicia sin juicio ni balanza, imaginan
el inexistente lugar amoroso y cálido.
Trazan ángulos rectos en un camino sinuoso
donde los seres callados transitan
y le piden al cielo clemencia.
Escuchan la palabra que viaja en el viento azul
acariciando un mundo silencioso y dócil
sin amenaza de mal tiempo ni tormenta.
Comen semillas de mostaza para saciar su fe,
son seres de un mismo rostro sin refugio,
arropados con el mismo cielo
y las mismas esperanzas.
Trazan el ángulo recto de la obediencia
para obtener una recompensa ilusoria
y sentirse perdonados.
El ángulo recto tiene la piedra angular
y en ella construyen el templo carnoso
para adorar sueños fallidos.