Soy uno con mis apetitos
Por Sergio Torres
Soy uno con mis apetitos. El mundo es una locura pero no hay nada que pueda hacer al respecto. La señora que venía detrás de mí apenas alcanzó a sacar la vuelta a la moto. Un hombre se metió a la circulación de la calle principal, por donde yo venía, sin notar que yo venía a 60 km/h. Sigo siendo uno con mis apetitos, mis reacciones, mis emociones y la ira que se despierta en mí a casi cada tramo que manejo, de casa al trabajo, a la escuela del hijo, a casa de nuevo, a la academia a dar clases y compartir la alegría de estar vivo, haciendo música. Soy uno solo, lo que siento, lo que pienso, lo que vivo. No soy tan afecto al contacto humano como debiera, creo. No hay una dosis de contacto que tolere, ninguno, si es que no me avisan que van a tocarme, o logro entender que se acercan con afán de establecer contacto físico, sí, a veces no lo entiendo. Soy uno, un tipo que trata de entender el entorno, caótico y contradictorio que se presenta delante mío. Me es incierto, impermanente, inesperado mundo.