Anita niña maravilla. Novela seriada, episodio 6. Fructuoso Irigoyen Rascón

Spread the love

Anita niña maravilla. Novela seriada, episodio 6

 

 

Por Fructuoso Irigoyen Rascón

 

 

IV

 ―No es como para demandarlos.

 Aurora no respondió, pero pensó «es para quemarlos con leña verde«. Y como era habitual cuando algo no salía como a ella le hubiera gustado, Salió con una novedad:

Acabo de ver en internet un reportaje sobre unos alemanes que tratan ―sin usar prótesis― a niños con problemas como los de Ana.

  «Ahí vamos de nuevo» ―pensó Alfonso― pero no dijo nada, sino

Pues ya veremos

―¿Y Anita?

Se quedó afuera, jugando con el perro.

Andar, andar bien, con o sin prótesis, con o sin la asistencia de Centro de [especializado en] Parálisis Cerebral, con o sin apoyo psicológico… lo que importa es poder jugar con el perro.

Unos días más tarde alguien tocó la puerta. Aurora no la reconoció, no llevaba su traje sastre ni maquillaje, iba en blue jeans y tenis. Era Ricarda:

Traigo estos pistachos cubiertos de chocolate para Anita.

 ―Pase usted, por aquí ha de andar… seguro que jugando con su perro. Pero ¿cómo supo que los pistachos recubiertos le fascinan a Anita?

Ella me lo dijo cuando estábamos esperando que usted saliera de con la doctora.

 

―¡Y yo que salí sin siquiera despedirme!

Así pasa a veces.

Aquí viene, las dejo… muchas gracias Roberta.

Ricarda, señora.

Perdón…

Así pasa a veces. Aló Anita, ¿cómo has estado?

 

―Muy bien Ricarda, ¿y tú?

 

Al rato, ya Ricarda se acababa de ir, llegó Alfonso.

¿Sabes quién vino?

Sí, era Ricarda, la ví saliendo de la casa e irse en un carro azul. Ella no alcanzó verme.

 

―¿Así de lejos la reconociste? 

―Sí.

 

 

V

Anita estaba un tanto nerviosa. Volver a la escuela que la había visto partir hacia aquel misterioso Centro no era fácil. Entró despacito al salón de clases, la clase ya había comenzado, su mamá y ella habían llegado tempranito, pero la directora las había retenido un rato, después de todo una no puede dejar la escuela para ir a otra y luego volver como si tal cosa, aunque más pareciera que la directora quería darle a Anita una bienvenida personal, decirle que la habían extrañado. Y al entrar al salón de clase la maestra hizo una pausa y los niños aplaudían celebrando el retorno de Anita.

―¡Qué bueno que volviste! ¡Aquí con los pobres!

―¿Y quién les dijo que me había ido con los ricos? En aquel lugar hay de todo: más ricos y más pobres. Pero ciertamente más enfermitos que yo.

Y por eso es que no te quisieron allí.

Anita, una vez más desplegando su madurez recalcó:

Y por eso no me quisieron allí. ¡Pobres de ellos!

Prontamente, la maestra, que no se sentía bien entre las implicaciones del concepto de pobreza con que estos niños de mentes avanzadas parecían jugar, proclamó:

Niños, ya estuvo bien de bienvenidas y de filosofar tanto, es hora de clase.

¿Filosofar? Oh Dios, ¿qué le pasa a esta maestra? A pesar de ser un grupo de niños muy adelantados, es difícil pensar que conocieran esa palabra, pero:

A ver Anita, la capital de Afganistán..

―Kabul.

―¿De Pakistán?

―Karachi

―¿De Rwanda?

―Sabe Dios. [risas]

 

 

 

 

El famoso médico y explorador Fructuoso Irigoyen Rascón, autor de Cerocahui, avisa que acaba de aparecer su nuevo libro, Nace Chihuahua, Gabriel Tepórame y Diego Guajardo Fajardo, los forjadores, publicado por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. En el colofón dice que la edición es de 2019, sin embargo, a causa de la pandemia, apenas acaba de salir de imprenta este agosto de 2021.

Deja un comentario