Razones para no enamorarme de ti
Por Sergio Torres
Si lo hubiera sabido antes, pero Eluviera existe y sigue tan viva como el año pasado. Fuimos dos perfectos extraños en lo que a perfección pertenece y en lo que a extrañeza toca, tan raros y ajenos: tú, abogada, en la gloria de los 50, con valijas en cada mano y un mundo donde gobierna lo tangible; en cambio yo, pescador de historias y sueños que colecto en palabras llanas, la mayoría, algunas agudas y muy pocas esdrújulas; coleccionista de cantos y encantos hechos música por genios corpóreos de apetitos humanos. Ah, de haber sabido qué era beber de tu mirada, escucharte hablar y embobarme con aquello de fundar y motivar, seguir de cerca historias secretas de asuntos entre otros contendientes que no te podías comprometer a sacar a la luz, aún a la luz de la mesita de noche pegada al lecho.
Tú y yo es una dupla inverosímil. Tú eres la seriedad, yo, una broma escrita entre Martha Kaufmann, Woody Allen, Eugenio Debez, Lalo España, Álvaro Delaiglesia y Alicia Silverstone. Tú eres el orden, yo el desconcierto. Tú, la certeza, yo, la impermanencia. Te soy entretenido, tú me pareces adorable.
No sé mucho de ti. Sé que has amado y te han amado. Sé que te ves linda de negro, azul marino, blanco, con tus vestidos de colores pastel, de impresiones florales y enfundada en vaqueros para montar a caballo. Sé que eres una extraña intrigante, tan extraña como se pueda ser, así como debieran empezar todos, de extraños a amantes a extraños amantes. Sé que me interesa saber a qué saben tus besos y cómo provocar que rías más, amo ese sonido.
Acabo de caer en la cuenta de que las razones para no enamorarme de ti son las mismas razones por las que quiero verte más seguido y estar más cerca. Absurdo. Gracioso. El mundo es un valle de lágrimas para los cíclopes enamorados.
Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.