Collage de Aracely Sánchez Ruiz
Yo opino/ la columna de Aracely
Se juntó Pancho (pero no Villa) con su Adelita
Por Aracely Sánchez Ruiz
¿Quién iba a decir que al paso de un siglo la legendaria Adelita desafiaría a los historiadores cambiando un Pancho por otro? Sí, leíste bien, al mismísimo general Villa por el presidente Francisco Ignacio Madero González.
Y es que hace diez años Cupido anduvo haciendo de las suyas en los recorridos turísticos de Chihuahua Bárbaro y sin remordimiento alguno flechó a Flor Hernández (Adelita) y Omar Torres (Francisco I. Madero), iniciando un noviazgo que duró tres años y culminó ante el altar en una “histórica” boda realizada el 19 de octubre de 2013.
El día anterior a la ceremonia religiosa tuve el placer de entrevistar a la pareja, a solo unas cuantas horas de dar el sí definitivo, y me contaron sobre ese encuentro, no de dos personajes del siglo pasado, sino de dos almas gemelas.
“Nos conocimos cuando yo estudiaba en Bellas Artes (hoy Facultad de Artes). En Chihuahua Bárbaro estábamos buscando un Pancho Villa (qué casualidad) y le pregunté si quería hacer casting, pero él me dijo que no”, contó Flor riendo al recordar la bateada.
No volvieron a verse hasta que trabajaron en la “Ruta de Juárez” (con otros personajes). Una tarde estando en Parral ella publicó en Face que se le antojaba una paleta y él la sorprendió llevándole una. La tarde se hizo noche platicando y él quedó convencido de que su lugar estaba junto a ella.
Sin embargo, las cosas no serían tan sencillas, “batallé mucho, Adelita no es mujer fácil”, me confesó Omar, eso sin contar con que los amigos en común estaban celosos de que al ser pareja se alejaran de ellos. Así que reconsideraron su relación, decidieron ser amigos solamente y a partir de ese momento todo fluyó. Más adelante les tocó ser pareja en clases de baile, la química resurgió y volvieron a salir.
Muchos los consideraban polos opuestos, pues él era calmado, paciente, tranquilo, ella era todo lo contrario, atrabancada, explosiva, impulsiva. Pero era precisamente lo que Flor amaba de Omar, “es mi otra mitad, me complementa, todo lo que a mí me falta, él lo tiene, me da tranquilidad y seguridad”.
Él entendía y compartía su pasión por el teatro, al grado de dejar su profesión de químico por la actuación; esto quedaría inmortalizado en una camiseta que ella mandó bordar con la leyenda:
Me dijo: teatro o yo???
Le respondí: Adiós tengo función!!!!!
Omar se había enamorado de sus ojos (que heredaron sus hijas), pero también de su carácter, “me encantó su sencillez, su nobleza y entrega, es como un niño y nos acoplamos muy bien, me encanta cómo es. Además es una gran actriz y directora”.
Finalmente, dirigiendo la entrevista hacia sus personajes, Francisco me contó que Villa lo había invitado a su casa en Chihuahua, “ahí la vi a la condenada y le dije: Panchito, presénteme a la Adelita”.
Y nada pudo ser más atípico que su propuesta, pues simplemente lo acordaron en una de sus interminables charlas y aunque habían planeado esperar un año, apenas comenzando 2013 decidieron que sería el décimo mes, porque de las lunas, la de octubre es más hermosa… ¿a poco no?
Así fue que Flor y Omar (o Adelita y Madero) se juraron amor en Nombre de Dios (literal) en la parroquia de San Juan Bautista, compartiendo su dicha con familiares y amigos que los acompañaron después a disfrutar de una agradable velada, ya siendo marido y mujer.
Han pasado diez años y lo anterior ya es historia… hoy en día Flor y Omar son padres de dos hermosas niñas: Joaquina, de ocho años, es la mayor; y hace diez meses y medio dieron la bienvenida a Rebeca a su amorosa familia.
Hace seis años fundaron la compañía Quina Artes, donde Flor es la directora, Omar el productor y Joaquina, la Patrona; y en abril de 2019 abrieron el Foro Cultural Independiente Casa de la Helguera, donde crean y producen experiencias teatrales no convencionales.
Bodas de Aluminio
“Cuando decidimos casarnos nunca imaginé lo mucho que aprendería de ti y sigo aprendiendo sobre el amor y la vida. No sabes cuánto te admiro, como te lo he dicho tantas veces. Eres mi orgullo, te amo y estoy tan feliz de vivir juntos. Gracias por mis hijas, verlas me recuerda que el tiempo es corto y a Dios le doy gracias por conocerte. Si hace 10 años estaba enamorado de ti, hoy lo estoy más y si pudiera pedir un deseo sería vivir a tu lado en esta y en la otra vida”, dice el mensaje que Omar le escribió ayer a Flor a petición mía, anticipándome a su décimo aniversario que cumplen este jueves y que corresponde a las Bodas de Aluminio, según la tradición.
“Han sido diez años de aprendizaje y transformación. Desde ese día en que nos tomamos de la mano y decidimos emprender este viaje a lo desconocido, mi parte favorita del día es cuando termina y sé que tú estás a mi lado, abrazándome. Son diez años en los que hemos vivido cosas buenas y malas, pero siempre las hemos superado juntos. Somos tan diferentes, pero sin duda somos el mejor equipo y nuestras hijas llegaron a multiplicar nuestro amor. Eres el conjunto de cualidades que Diosito olvidó ponerme a mí, ¡je, je! Te admiro y amo tanto quién eres, amo que seas mi esposo y disfruto ver el maravilloso papá en que te has convertido. Deseo que la vida me regale el tiempo suficiente para seguir disfrutando del amor de Dios a través de mi bella familia”, respondió ella.
Pero hubo alguien más que quiso expresar su sentir y grabó un mensaje de voz que aquí les transcribo:
“Este matrimonio, pienso que me gustó mucho que se casaran, porque si no, no me hubieran tenido y no hubieran tenido a Rebequita. Y me gustó mucho tener a Rebeca y yo nacer. Y de que naciera Rebeca me gustó porque puedo jugar con ella y divertirme”, dijo la Patrona, mientras en el fondo se escuchaba balbucear a su hermanita.
Aracely Sánchez Ruiz es licenciada en relaciones industriales egresada del Instituto Tecnológico de Chihuahua, trabajó 18 años en El Heraldo de Chihuahua, donde inició como correctora y los últimos doce años como reportera de la sección de espectáculos y cultura. Actualmente escribe notas y comentarios en Facebook.