Patricia en el campo de los sentidos. Patricia Ramírez García

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Patricia en el campo de los sentidos

 

 

Por Patricia Ramírez García

 

 

Recuerdo que vi entre los árboles del denso bosque a un cuervo posado sobre una rama horizontal. Murmuraba conjuros y seguía atento mis pasos por la vereda.

Recuerdo el sonido de los pasos diminutos y veloces de ardillas que brincaban de rama en rama.

Recuerdo la mirada de un siervo que detuvo su marcha frente a mí a la mitad del camino. Había otros siervos que brincaban las cercas.

Adoraba los árboles de rojo intenso, caídos y astillados, y las gotitas de rocío al amanecer que tocaban mi rostro, el run run del río y las piedras en forma de corazón.

Admiraba a los gigantes que en forma de árbol protegían la vereda y los rostros esculpidos en sus recovecos como guardianes a puertas de otra dimensión.

Imagino el oso captado con infrarrojos.

Recuerdo el moho fosforescente en peligro de extinción que daba color a la casa de los huertos de manzana.

Extrañaba los rayos de sol que ahora padezco, los recuerdo como tímidos se filtran entre las copas de las secuoyas iluminando el camino.

Recuerdo los pinos cicatrizados por hilos de púas y a los cuervos extendiendo sus alas.

Recuerdo la mirada de Pantera pidiendo compasión y espacio para estirar su gran cuerpo perruno, atrofiado por el encierro.

Escuché ciento diez días el canto del primer gallo a las cuatro de la mañana, seguido por cien más.

Recuerdo la humedad en mis huesos, el olor que relaja, la calma de la rutina, el cansancio y el entumecimiento de mis dedos.

El ritmo del sonido de las tijeras al corte, la envidia y la avaricia de una y la misoginia de otros.

Recuerdo las noches estrelladas, las gotas de agua cayendo sobre la cama,

Recuerdo la incomodidad de depender, de lavar a mano, la cortina de baño pegada a mi espalda, los olores ajenos y propios en el diminuto espacio.

Disfruté deliciosos sandwiches a la orilla de la carretera, la niebla disipada por los faros en marcha, el perro machín corriendo asustado tras mis gritos.

Recuerdo al cuervo volando junto a mí. Y al bello Odín caminando juguetón a mi encuentro.

Extraño las largas charlas junto a mi amiga pero no la avena sabor jengibre y azafrán de las mañanas.

 

 

 

Patricia Ramírez García es artista visual, egresada de la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Chihuahua, especializada en maquillaje para televisión y fotografía. Tiene dos exposiciones fotográficas en solitario y muchas otras colectivas. Actualmente trabaja en el Programa de Cultura Comunitaria, en el área de Interacciones, de la Secretaría de Cultura de México y publica relatos en redes sociales.

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