Alfil. Jaime González Crispín

julio de Jaime

Alfil

 

 

Por Jaime González Crispín

 

 

Salir del cuartel sin orden o permiso expreso era enfrentar penas tan severas como el mismo fusilamiento, así lo había dispuesto el General Arteaga.

Pero yo había burlado otra vez la orden y pasado la noche con mi amada, quien medio dormida me despidió con un beso y un “te soñé herido de un pie, y muerto tu caballo”. Pero ella, en asuntos de sueños, todo lo enredaba.

Me voy de su lecho a toda prisa, pues debo estar en el recinto militar antes que toquen Diana.

Siempre he confiado en mi cabalgadura. Alfil, le llamo. Ambos conocemos el camino; seguir el lienzo del portero sur hasta alcanzar la ruta paralela a las vías del tren; pasar bajo el puente pedregoso del río para, de ahí subir al llano y llegar al Cuartel. Todo en treinta minutos.

Alfil era y es mi cómplice y mi salvación. Sin embargo, hoy una herradura castiga una de sus patas delanteras. Desmonto, reviso, y vuelvo a montar. Primero leve, después enérgico, castigo sin piedad al animal. Luego de varios golpes, obligado por el fuete, el caballo no resiste más y rueda y cae inerte. Aprisa, con pies veloces emprendo lo que faltaba de camino.

La mañana se asoma.

La corneta del cuartel da su canto de gallo, pintando su raya sonora entre la noche que acababa y el sol que nace. El centinela de la puerta, cómplice, permite mi entrada, respetando mi uniforme, grado y condición. Luego escucho:

─ ¡Preparen!

Con toda prisa me encamino al muro de ajusticiamientos.

─ ¡Apunten!

Corro, frío, trémulo, para ver a qué infeliz fusilan. Y entonces me veo. Yo estaba vendado de los ojos y con las manos atadas por detrás, montado sobre Alfil.

─ ¡Fuego!

Y caigo herido de muerte. Mientras Alfil cojea, adolorido, de su pata sin herradura.

 

 

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Jaime González Crispín es profesor, por la Escuela Normal de Durango, con grado de Iicenciatura. También estudió en el Taller de Escritura Narrativa, en la Universidad Juárez del Estado de Durango y en el Taller Levriano de Escritura, Querétaro. Ha publicado los libros de cuentos Matemos al curaAlambre de Púas y Trece veces por minuto. Están inéditos sus novelas Eva Gorrión, o la monja que mató a su hermana y Casi quince, además de su libro de cuentos El mal samaritano.

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