12. Please don´t go –Por favor, no te vayas. Parte 3 y última –Final de temporada. Almudena Cosgaya

Dintel de Almudena

  1. Please don´t go –Por favor, no te vayas.

Parte 3 y última –Final de temporada

 

 

Por Almudena Cosgaya

 

 

Un hombre extraño emergió de entre los árboles, su figura se recortaba en la penumbra como una sombra danzante. Vestido con un traje oscuro que parecía fundirse con la noche, de su presencia emanaba un aura de misterio y poder, como si fuera un ser surgido de las pesadillas. Era un hombre cuyo nombre había sido olvidado por el paso del tiempo, pero cuyos ojos penetrantes parecían conocer oscuros secretos.

Paola y Erick, cautivados por la aparición del hombre, sintieron que algo en su interior se agitaba, como si un recuerdo hubiera despertado. Un vínculo invisible los unía al misterioso individuo de manera inescrutable.

Se aproximó lentamente, su caminar pausado como el de un depredador que se acerca a su presa. La mirada magnética se clavó en los ojos de Paola, develando una mezcla de seducción y advertencia. Con voz seductora dijo palabras cargadas revelación.

—Paola, eres tan hermosa como tu madre, aquella mujer que una vez robó mi corazón y desencadenó un destino trágico. Mucho tiempo ha pasado desde que nuestras vidas se cruzaron; si no hubiera cambiado podría haber sido tu padre en algún momento… Pero ahora estoy aquí como el guardián y protector de mi hijo, Erick —declaró con una cadencia serena.

El corazón de Erick se aceleró ante las palabras del hombre, una amalgama de temor y fascinación lo envolvía. Años habían transcurrido desde la última vez que vio a aquel ser que decía ser su padre. Sus labios apenas lograron articular una palabra.

—Padre… —dijo Erick, dejando escapar la voz entre un halo de temor y asombro. El encuentro con aquel hombre representaba un torbellino de emociones que habían permanecido olvidadas.

El hombre dejó escapar una risa fría mientras los ojos se clavaban en Erick con desdén. Las sombras parecían danzar a su alrededor, confiriéndole un aire sobrenatural que erizaba la piel de quienes observaban.

—Veo con decepción que tu talento, hijo, no se ha desarrollado como esperaba —susurró con una voz que resonaba en el aire como un eco—. Aunque, por otro lado, me halaga que sigas los pasos de tu padre.

Erick, sintiendo un escalofrío de angustia, se interpuso entre el hombre y Paola, la mirada desafiante y determinada.

—No permitiré que pongas un solo dedo sobre mi chica, aunque seas mi padre —declaró con valentía, sin apartar la mirada de aquel ser cuyas intenciones resultaban oscuras.

El hombre dejó escapar una carcajada, el rostro se transformó en una máscara.

—Oh, pequeño iluso. No comprendes las fuerzas que están en juego aquí, ni los secretos que acechan en la sombra. Los lazos de sangre no pueden protegerte de lo que se avecina. El destino siempre encontrará camino, y nadie puede escapar de él —respondió con calma.

—¿Cómo puede hablar así? Es su hijo — dijo Paola, indignada.

—Justo como tu madre, y tal vez esa sea una de las razones por las cuales aún la amo.

—¿Cómo hablas de esa manera de una mujer que no sea mi madre? —reclamó Erick.

—Tu madre solo fue un medio impuesto por el clan —respondió el hombre.

Una extraña luz comenzó a brillar a su alrededor envolviéndolos en una aureola. La figura de Paulina y Rich, los protectores, apareció frente a ellos, emitiendo una energía poderosa.

La tensión en el aire se volvió tangible, los suspiros del mundo se habían detenido, presagiando una colisión entre el pasado y el presente, sombra y luz. En medio de ese vendaval Paola y Erick se plantaron frente a un enemigo que había permanecido oculto, aguardando el momento para liberar una venganza y reclamar lo que consideraba suyo.

—¡Ustedes! —pronunció el hombre jugueteando en los labios en una mueca—. Rich, parece que tu corazón sigue prisionero de ella. Te advierto que no seré condescendiente.

—¡Cállate, maldito! —replicó Rich, con fuerte voz—. Estoy aquí por Erick, no porque tú me ordenaras protegerlo. Él siempre ha sido como un hijo para mí, y yo, a diferencia de ti, he sabido ser un padre.

Aprovechando que los hombres se enredaron en su diálogo, Paulina se acercó sigilosa a los jóvenes.

— Paola, Erick —su voz resonaba con un cadencia—, el momento ha llegado. El destino ha desatado los hilos y fuerzas oscuras han despertado. Pero no teman, nosotros estamos aquí para conducirlos en este sendero lleno de peligros.

Los jóvenes intercambiaron miradas, buscando en los ojos del otro la confianza que necesitaban para enfrentar lo desconocido. En ese instante supieron que estaban a punto de adentrarse en una realidad más allá de su comprensión, donde hilos invisibles tejían tramas enredadas. La curiosidad y la emoción se entrelazaron en sus corazones.

—En pocos momentos abriré un portal, deberán atravesarlo juntos. Una vez que lleguen a su destino, busquen a Airam y a Mario —ordenó Paulina.

—¿Y qué sucederá contigo? —inquirió Paola, con voz temerosa.

—No debes preocuparte por eso, concéntrate en ponerse a salvo —respondió Paulina, con una determinación sombría.

Una luz les obligó a cerrar los ojos.

—He logrado detenerlo por un instante, deben aprovecharlo ahora, Pau. — declaró Rich, su mirada cargada de resolución—. Deben salir en este momento.

—No te dejaré solo —afirmó Erick, con valentía.

—Juraste proteger a Paola, no puedes quedarte conmigo —dijo Rich—. aunque eres el hijo que siempre anhelé tener.

—Tía Paulina, no quiero dejarte atrás… por favor, ven con nosotros —suplicó Paola.

—No, primero ustedes deben partir —respondió Paulina—, Erick, cuida de Paola, y yo velaré por Rich. Pronto nos reuniremos.

Una neblina envolvió el ambiente mientras sonaba una melodía extraña.

— El momento de partir ha llegado, muchachos —la voz de Paulina resonó con una nota de melancolía—, a través de este portal encontrarán respuestas, pero también enfrentarán desafíos que pondrán a prueba su amor y su coraje.

Erick tomó de la mano de Paola.

—Vamos, Paola. Juntos superaremos cualquier obstáculo.

—Estoy segura de que sí, Erick —respondió ella.

El hombre, aquel enemigo, quedó enmudeció observando cómo en aquellos jóvenes había despertado un poder ancestral.

Se abrió un portal hacia un mundo desconocido.

—¡No permitiré que escapen! —gritó desesperado.

Paulina y Rich, con un gesto sutil, tejieron una barrera invisible que lo mantuvo a raya. Golpeó furiosamente contra ella, pero los esfuerzos resultaron inútiles ante la fuerza que lo repelía.

—Paulina, siempre te he amado y siempre te amaré —dijo Rich con una mezcla de dolor y amor.

— Adiós, Rich —susurró Paulina con tristeza infinita— siempre has sido un  valiente.

Sonrió con una dulzura dolorosa.

—Ahora es el momento para que Paola y Erick descubran su destino.

Tomados de la mano, los jóvenes se adentraron en el portal, desvaneciéndose de la habitación en un parpadeo.

A medida que se adentraban en el portal, Paola y Erick sintieron cómo el tiempo y el espacio se disolvían. El destino los aguardaba, solo el tiempo revelaría si serían capaces de sobrevivir.

 

Fin de la primera temporada

 

 

 

 

Almudena Cosgaya descubrió su gusto por las historias desde niña; hacía fanfics de relatos ajenos, lo cual fue para ella un excelente entrenamiento para escribir luego sus propios cuentos, al darse cuenta de que en algunos de sus relatos de fanfic había creado un personaje que merecía su propia historia. Es autora de poemas y de prosa narrativa. En 2017 publicó su novela La maldición del séptimo invierno.

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