Vacío
Por Guadalupe Ángeles
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Vacío
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―Venus y sus flores carnosas me suenan a selvas e insectos asesinos, a bosques de ternura delirante arrancándole trozos de alma o fragmentos de sangre, de la molida sangre que golosa bebería alguna criatura celeste, ¿de cuántas cabezas es la flor que le ataca Capitán? ¿Cuántas cabezas contra su hermosa cabeza que se cimbra sobre su torso vivo… todavía vivo? Responda capitán, responda… responda, de lo contrario nos obligará a hacer una incursión en aquella parte del universo donde desconocemos si aún respira.
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―Capitán señale coordenadas, indique qué droga le han inoculado en Venus, Capitán, delira en su discurso, Teniente jamás ha sido cubierta por polvos cristalinos, ni en esta ni en otra Galaxia, indique coordenadas, médico a bordo conjetura posible intoxicación por enrarecidos gases provenientes de algún cometa fuera de órbita. Describa atacantes, no pierda el contacto, aunque delire continúe en contacto…
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―Capitán resista, el planeta azul que describe debe ser una visión quizá proveniente de sus días en la Tierra, de una infancia que en estos instantes se le antojará más lejana que la piel que cubre el cuello de los dinosaurios, se le aconseja respirar acompasadamente, mirando hacia Venus a través del hueco incandescente de sus memorias más antiguas, resista capitán, resista, la estrella que describe quizá en algún momento de mis propios recuerdos tuvo cuerpo o sería también en mi mente un anhelo, no un hecho. Resista. No pierda contacto, varios elementos de nuestro ejército interestelar trabajan en la ubicación de sus coordenadas actuales, en cuanto sea posible refuerzos irán a su encuentro.
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―Buena idea Capitán. Apague motores, pero deje encendida la torre de comunicación. Nave en camino hacia el asteroide de hielo. Nave realizando trabajos de ubicación urgente de ese asteroide. Reinicie comunicación en cuanto dejen de estar al rojo vivo sus motores. Repito, reinicie comunicación en cuanto le sea posible. Nave en tránsito.
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―¿Esa voz es femenina? Capitán… ¿Han cesado sus alucinaciones?
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―La oscuridad acuna nuestros más íntimos deseos y en ella todo sonido puede ser tergiversación de palabras que hacen presa de todo viajante interestelar, palabras como pecado o silencio, en este último lo toco ahora… ¿puede percibirlo?
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―En su nave habita y es usted habitado por el devenir mismo, ha encontrado la manera de experimentar paisajes en la piel al solo contacto de su anhelo, dirigido pronto hacia el corazón de la significación profunda que le hace ser quien es, no tardará en llegar a su destino… sea cual sea…
Guadalupe Ángeles nació en Pachuca, Hidalgo. Fue directora de la revista Soberbia. Ha colaborado en Ágora, El Financiero, El Informador, El Occidental, La Jornada Semanal; en las revistas electrónicas nacionales Al margen y Argos y en las españolas: Babab y Espéculo. Premio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos 1999 por Devastación.