8. El encuentro… parte 2. Almudena Cosgaya

Spread the love

Dintel de Almudena

  1. El encuentro… parte 2

 

 

Por Almudena Cosgaya

 

 

Airam asintió. Paola sintió que todo el lugar temblaba bajo sus pies. Sabía que estaba a punto de comenzar una lucha épica, una batalla contra lo desconocido que cambiaría su vida para siempre.

—Bien, entonces necesitarás esto —dijo Ariam entregándole una espada brillante, hecha de un metal desconocido; Paola la tomó con cuidado, sabía que era su única oportunidad de sobrevivir en ese lugar—. Esta arma fue usada por tu padre para probar su valía; es justo que ahora tú la uses.  Ahora, demuéstrame lo que vales.

Paola tomo el arma sintiendo la energía de la espada fluir por su cuerpo. Estaba lista para enfrentarse a cualquier cosa que se le presentara, incluso si eso significaba luchar.

—¿Y contra quién se supone que la use?

No hubo respuesta. De repente, el suelo desapareció bajo los pies de Paola, quien cayó en la oscuridad envuelta en un torbellino de miedo y locura. La lucha por la verdad había comenzado y estaba decidida a ganarla, aunque tuviera que pagar el precio más alto.

Mientras caía por el oscuro vacío, sentía cómo el aire le faltaba. No podía ver nada a su alrededor, pero podía sentir que algo estaba allí, acechándola. Un sonido sordo y espeluznante la hizo sobresaltarse, se forzaba para girar y ver de dónde venía. Cayó de golpe contra un piso viscoso con un penetrante olor a humedad. La iluminación era escasa, pero al menos podía ver entre la penumbra.

Camino para orientarse y fue entonces cuando lo vio: una criatura oscura y retorcida que se deslizaba hacia ella como una serpiente. Era lo suficientemente grande como para tragársela entera; Paola sintió el miedo correr por sus venas, pero sabía que no podía dejar que la criatura la derrotara.

Con un grito de rabia, Paola tomó su espada y, blandiéndola contra el monstruo, sus ojos brillaron con temor al ver cómo su ataque no había logrado herir la piel negra como la tinta. La criatura se detuvo un instante, como sorprendida por el ataque. Paola aprovechó para huir.

Corrió por un pasillo oscuro y ondulado, sintiendo que el tiempo y el espacio se distorsionaban. Era como si estuviera atravesando varios mundos a la vez, cada uno más aterrador que el anterior.

Finalmente, llegó a una habitación iluminada por un fuego rojo, y allí se encontró con una figura encapuchada que estaba sentada en un trono hecho de huesos, pudo ver una sonrisa malvada en aquel rostro.

—Bienvenida, Paola —dijo aquella silueta con voz masculina—. Te felicito por haber llegado hasta aquí. Siempre supe que eras diferente a las demás, pero esto es solo el comienzo.

Paola apretó los dientes; sabía que estaba en peligro, pero no podía dar marcha atrás. Había llegado demasiado lejos para retroceder ahora.

—¿Quién eres? —dijo Paola con determinación—. Tu voz me recuerda a…

—Esto no es un encuentro como los anteriores. Las habitaciones que pasaste son un reflejo del miedo que tienes a estar sola, y que te encontraras conmigo es el miedo que tienes por perder a alguien.

—Revélate —gritó Paola.

La silueta mostró una sonrisa maliciosa, como si hubiera estado esperando ese momento por mucho tiempo. Paola se tambaleó hacia atrás, atónita por lo que veía. ¿Cómo podía ser posible? ¿Era real o solo una ilusión creada por su mente?

—No puede ser… ¿tú? —dijo Paola con voz temblorosa.

—No me reconoces, ¿verdad, Paola? —dijo con una voz profunda y tenebrosa—. Pensé que serías más astuta. Pero no importa, no estás aquí para verme a mí, estás aquí para enfrentarte a tus miedos más profundos.

—¡Erick! —gritó Paola.

 

Continuará.

 

 

 

 

Almudena Cosgaya descubrió su gusto por las historias desde niña; hacía fanfics de relatos ajenos, lo cual fue para ella un excelente entrenamiento para escribir luego sus propios cuentos, al darse cuenta de que en algunos de sus relatos de fanfic había creado un personaje que merecía su propia historia. Es autora de poemas y de prosa narrativa. En 2017 publicó su novela La maldición del séptimo invierno.

3 comentarios en «8. El encuentro… parte 2. Almudena Cosgaya»

Deja un comentario