8. El encuentro… parte 1. Almudena Cosgaya

Spread the love

Dintel de Almudena

  1. El encuentro… parte 1

 

 

Por Almudena Cosgaya

 

 

—Jamás te dejaré —gritó Paulina con un tono agridulce, pues sabía de lo que se trataba—. No lo olvides, debes buscar a Airam. Ella es la única que puede ayudarte a romper las cadenas de la oscuridad.

Paola se aferró a esa pequeña esperanza, mientras era arrastrada cada vez más lejos del mundo real. La niebla la envolvía por completo y su mente se desvanecía en la locura.

De pronto, un sonido siniestro resonó en el aire. Era un murmullo inhumano, un lamento procedente de las profundidades del inframundo. Paola sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral mientras se daba cuenta de que algo había cambiado en el ambiente.

La oscuridad se había intensificado, la niebla se había vuelto densa, como si quisiera engullir todo a su paso. Las formas grotescas que habían estado asediando su mente ahora se materializaban ante ella, moviéndose en el límite de su campo de visión.

—¡No! —gritó Paola, tratando de liberarse de la presencia que la arrastraba hacia lo desconocido—. ¡Déjame ir!

Pero ya era tarde. La oscuridad se había apoderado de ella y la estaba llevando hacia un abismo. Paola se sintió perdida en un mundo que no reconocía, mientras el murmullo seguía resonando en sus oídos.

—¿Quién eres? —preguntó Paola, tratando de sobreponerse al miedo que la embargaba.

La figura que la arrastraba se detuvo. En la niebla densa, Paola pudo distinguir una silueta que se acercaba. Era una mujer vestida con una túnica negra, el rostro cubierto por una capucha.

—Soy la Muerte —dijo la figura con una voz hueca y vibrante—. He venido a llevarte al otro lado.

Paola intentó escapar, pero sus piernas no respondían. La Muerte la tomó de la mano y la llevó hacia el abismo, que parecía no tener fin. Paola cerró los ojos, sintiendo que el vacío la engullía por completo.

Luego de algunos minutos abrió los ojos lentamente, esperando encontrarse en el otro lado, pero lo que vio la dejó sin aliento. Estaba en un mundo desconocido, un lugar oscuro que parecía haber sido abandonado hacía mucho tiempo. No había señales de vida, solo ruinas y escombros por doquier.

La Muerte estaba a su lado, observándola con indiferencia mientras Paola trataba de entender lo que estaba sucediendo. De repente, un murmullo lejano llamó su atención, como un susurro que se acercaba lentamente.

—¿Qué es eso? —preguntó Paola, sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo.

La Muerte no respondió, simplemente señaló hacia un punto en la distancia. Paola siguió la indicación y pudo distinguir una figura en la niebla, una mujer vestida de blanco que se acercaba.

Cuando la mujer estuvo cerca, Paola pudo ver que tenía el cabello oscuro y los ojos brillantes como el fuego. Era hermosa y aterradora al mismo tiempo, como si estuviera hecha de luz y oscuridad.

—Bienvenida, Paola —dijo la mujer con una sonrisa siniestra—. Soy Airam, la guardiana de este mundo y de muchos otros. También soy tu tía.

—Te recuerdo con otra apariencia, tu cabello era rubio y tus ojos verdes —dijo Paola, confundida.

—En realidad puedo tenerlo del color que desee, a veces la nostalgia me lleva a la apariencia de mi juventud.

Airam miro con seriedad a la joven. Le dijo:

—Veo que has caído en las garras de la oscuridad.

Paola intentó hablar, pero su voz se quedó atascada en su garganta. Se dio cuenta de que estaba en un lugar peligroso, y aunque estuviera con la hermana de su madre no se sentía fuera de peligro. Entonces se preguntó si habría hecho lo correcto.

—¿Cómo puedo salir de aquí? —preguntó Paola, tratando de no demostrar su miedo.

Airam se acercó a ella y la tomó del brazo. Paola sintió una sensación de frío intenso, como si su piel estuviera siendo congelada por el tacto de la mujer.

—No puedes salir por ti misma, Paola —dijo Airam con una sonrisa siniestra—, necesitarás mi ayuda para escapar de este lugar. Pero creía que deseabas conocer la verdad, ¿o no fue ese tu deseo expresado a mi querida hermana Paulina? Jamás dudes de tus deseos.

Paola tembló ante las palabras de Airam, sintiendo que algo terrible se escondía detrás de su sonrisa. No sabía si podía confiar en ella, pero no podía seguir atrapada en ese lugar. Decidió que tomaría cualquier oportunidad que se le presentara para escapar.

—Sí, quiero saber la verdad —dijo Paola con determinación—. Pero no a cualquier costo.

Airam soltó una risa sardónica y Paola sintió una punzada de miedo en su corazón. Sabía que estaba tratando con una entidad más allá de su comprensión.

—Muy bien, Paola —dijo Airam con una sonrisa malvada—. Si deseas conocer la verdad, tendrás que enfrentarte a tus peores temores. Tendrás que luchar contra los monstruos que habitan en esta dimensión y superar los desafíos que te esperan. Pero te advierto que el precio que tendrás que pagar será alto.

Paola sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero se mantuvo firme. No había vuelta atrás, había cruzado la línea y ahora tenía que enfrentarse a las consecuencias.

—Estoy dispuesta a pagar el precio que sea necesario —dijo Paola con voz temblorosa—. Quiero saber la verdad, aunque tenga que luchar contra demonios y enfrentar mis temores.

 

Continuará.

 

 

 

 

Almudena Cosgaya descubrió su gusto por las historias desde niña; hacía fanfics de relatos ajenos, lo cual fue para ella un excelente entrenamiento para escribir luego sus propios cuentos, al darse cuenta de que en algunos de sus relatos de fanfic había creado un personaje que merecía su propia historia. Es autora de poemas y de prosa narrativa. En 2017 publicó su novela La maldición del séptimo invierno.

3 comentarios en «8. El encuentro… parte 1. Almudena Cosgaya»

Deja un comentario