Dintel de Almudena
- La huida… parte 1
Por Almudena Cosgaya
Paola salió de la ducha envuelta en una toalla, la mente aún llena de pensamientos y preguntas sobre lo que había sucedido la noche anterior.
¿Debía llamarle a Erik?
No quería parecer desperada ante el chico, pero tenía tantas ganas de verlo y preguntar. Escuchó un golpe en la puerta de su habitación, era Viviana, su prima. Paola abrió la puerta y la miro con desconcierto, tratando de ocultar su incomodidad.
Viviana la vio de arriba abajo y le preguntó sobre su hora de llegada anoche.
—Disculpa, pero ya se lo he dicho a mi madrina —respondió Paola. Tomó su cepillo y comenzó a peinarse—. Si me disculpas, quisiera cambiarme.
Trató de sonar con normalidad, pero Viviana no lo iba a dejar tan fácil.
—¿Sí sabes que solo eres una invitada aquí? —dijo Viviana al sentir su desdeñoso comportamiento—. Aunque no viva aquí con mi madre, quiero que quede claro que esta no es tu casa.
—No tienes que decírmelo. Tú sabes por qué estoy viviendo aquí.
—¿Y desde cuándo te volviste facilita? Por lo menos hubieras tratado de ocultarlo —dijo Viviana señalando los piquetes en el cuello.
—No es de tu incumbencia —dijo Paola con molestia—. Ahora sal de mi habitación.
—¿Tu habitación? —preguntó Marcela con ironía —. Esta siempre ha sido mía. Si te pudiste quedar aquí es solo porque tengo buen corazón, pero no te olvides que solo estás aquí por la buena fe de mi madre…
Paola se sintió atrapada y comenzó a sentir una gran tensión.
—Al menos mi madrina tiene buen corazón, cosa que no se puede decir de ti.
Sin darse cuenta, empezó a levantar la voz y a hablar con rudeza con Viviana. Esta le repolicó:
—No eres más que una mocosa que cree que, porque sus padres la dejaron, todos debemos tenerle lástima y consideración.
—Cállate y no menciones a mis padres.
La situación se volvió cada vez más tensa, hasta que, de repente, Paola empujó a Viviana con tanta fuerza que la hizo chocar contra la pared y perder el conocimiento.
Paola se quedó congelada, sin saber qué hacer. Afortunadamente, en ese momento llegó Susana, que al escuchar el ruido y había ido a ver qué estaba sucediendo. Susana se acercó a Viviana y se dio cuenta de que estaba inconsciente.
Paola se sintió llena de remordimiento y culpa, sabiendo que había herido a su prima. Mientras tanto, Susana estaba preocupada por Viviana, por lo que sin perder tiempo llamó a una ambulancia. Viviana debía recibir atención médica de inmediato.
Mientras esperaban a la ambulancia, Susana se volvió hacia Paola y le preguntó qué había sucedido. Paola trató de explicar lo que había sucedido, pero Susana se mostró escéptica. No podía creer que su hija hubiera sido empujada de esa manera sin una razón.
—¡Es tu culpa! —le gritó entre sollozos.
—¿Qué le pasa? —le contestó Paola asustada. Las manos le temblaban.
—¡Es tu culpa! —no dejaba de repetir su madrina.
Una parte de Paola no podía creerlo, ella nunca le había hablado así. Aunque tampoco había pasado algo como aquello. Paola se sintió cada vez más confundida y atrapada en sus propios pensamientos y recuerdos. No era la primera vez que empujaba a alguien con fuerza sobrehumana.
Finalmente, la ambulancia llegó y Viviana fue llevada al hospital. Susana la acompañó. Paola se acercó con intención de ir con ella, pero fue abruptamente detenida.
—¡Nunca debí recibirte! Eres igual a tu sangre. Fui una tonta al creer que sería diferente. ¡Tu sangre, lo destruye todo! —gritó Susana con enojo.
Paola la miró atónita.
—¿De qué estás hablando? ¿Cuál sangre?
Susana se dio la vuelta y subió a la ambulancia, dejando a Paola sola en casa con sus pensamientos y preguntas sin respuesta. Lágrimas surcaron sus mejillas y una sensación de vacío la abrazo.
—Estoy sola…
Continuará.
Almudena Cosgaya descubrió su gusto por las historias desde niña; hacía fanfics de relatos ajenos, lo cual fue para ella un excelente entrenamiento para escribir luego sus propios cuentos, al darse cuenta de que en algunos de sus relatos de fanfic había creado un personaje que merecía su propia historia. Es autora de poemas y de prosa narrativa. En 2017 publicó su novela La maldición del séptimo invierno.
Tienes un talento increíble, nunca dejes de escribir!
Me gustó mucho, muchas felicidades.
Gracias, por permitirme ser parte de tu aventura…