Foto Pedro Chacón
Barco sobre el Móskova
Por Gustavo Hirales Morán
Ella quiere saber
si me gustaría visitar
los famosos museos
de Moscú…
Le respondo
(no sin impostada soberbia)
que “no aprecio lo muerto”.
Que solo me contento con lo vivo.
Con lo que siente y sufre
y se agita y transpira.
Lo digo mientras miro furtivo
la turbia y turbadora
blancura
de su pecho izquierdo.
(¡Oh su entrevisto seno
desnudo y palpitante!)
Caminamos muy cerca uno del otro
bajo los abedules,
por la ribera del anchuroso río
que atraviesa Moscú…
¿Y acaso –le pregunto temblando–
en vez de los museos
(en este luminoso día
de mayo,
La Perestroika tocando a rebato
y Moscú floreciendo en sus parques,
sus anchas avenidas,
en el reloj del Kremlin
y en la dorada cúpula
de San Basilio que refleja
los rayos del sol)
no sería preferible
un paseo por el Móskova?
Cómo olvidar que el barco
sobre el río
es uno de los
refugios a la mano
que tienen
(o tenían)
los jóvenes amantes
en Moscú…
Gustavo Hirales Morán, escritor mexicano, ha publicado La Liga 23 de Septiembre, orígenes y naufragio, Memoria de la guerra de los justos, El complot de Aburto, Camino a Acteal, Chiapas, otra mirada y Siempre de nuevo. Escribe también periodismo en El Nacional y Unomásuno, Nexos y Etcétera.