3B. Sangre… Ansiedad. Parte 2. Almudena Cosgaya

Dintel de Almudena

3B. Sangre… Ansiedad. Parte 2

 

 

Por Almudena Cosgaya

 

 

—¿En serio lo harás? ¿Romperás con el último sacrificio?

Paola vio acercarse una silueta en cámara lenta, como si el tiempo se hubiera ralentizado, con excepción de esa sombra.

—Yo te puedo ayudar.

Desde que se percató de aquella presencia, el mundo se oscurecía y un calor dentro de ella se esparcía por todo su cuerpo. Parecía que la realidad se desdoblaba sobre sí misma.

—Abraza tu legado. Toma mi mano.

Paola tomó aquella mano fría y familiar. Fue como una oleada, algo que jamás había experimentado. No le asusto la ola de ira que la inundaba, que agitaba su sangre. Una fuerza se apoderaba de sus muñecas hasta los hombros. Tuvo impresión que algo subía desde su estómago. Emitió un rugido salvaje. Su mirada había cambiado, no era la de antes, sus labios se curvaron. Los jóvenes retrocedieron aterrados.

—¿Qué cosa eres? —dijo uno de ellos.

Mala suerte. Paola se fijó en él y con una habilidad brutal lo sujeto por la muñeca. La cara del chico se contrajo, mientras Paola lo apretaba con tal fuerza que pareció una bolsa de frituras siendo aplastada. Paola le había partido la muñeca y el brazo en dos.

Los demás chicos abrieron desmesuradamente los ojos. Uno de ellos avanzó unos pasos.

—Tú, eres un mo…

Antes de que siquiera pudiera acabar la frase, Paola saltó en el aire con una pluma y levantando su pierna en un elegante movimiento, la impacto el rostro. El sujeto salió volando unos cuantos metros hasta estrellarse con una pared, y no se movió más.

Los otros estaban demasiado espantados para huir. En un instante el victimario se volvía presa.

Paola se escuchó gruñir, coreada por dos chicos que era el doble de su tamaño y a quienes sujetaba con gran fuerza. Sentir aquello sobrehumano, recorrer en su cuerpo la hizo sentirse diferente.

—¿Nadie les hablo del león dormido? —dijo Paola con tanta seguridad que se sorprendió. Levantó a los jóvenes como si fueran de papel, los levantó del suelo y los balanceó hacia atrás y luego hacia el frente, haciéndolos chocar entre ellos con una fuerza increíble. Ambos se desplomaron.

La ira no desaparecía. Paola deseaba que llegaran más y así poder sentirse aliviada. Fue cuando su olor le llegó. Era un olor fuerte que no llegaba a reconocer, pero que sentía como un recuerdo; como de algo que hubiera vivido antes, en otra vida quizá. Su mirada se posó en sus cuellos expuestos. Y le pareció ver el palpitar de sus venas.

Un alarido sobrenatural hizo eco en el lugar…

 

Continuará.

 

 

 

 

Almudena Cosgaya descubrió su gusto por las historias desde niña; hacía fanfics de relatos ajenos, lo cual fue para ella un excelente entrenamiento para escribir luego sus propios cuentos, al darse cuenta de que en algunos de sus relatos de fanfic había creado un personaje que merecía su propia historia. Es autora de poemas y de prosa narrativa. En 2017 publicó su novela La maldición del séptimo invierno.